ROSCAUTRERA

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Paki García Velasco Sánchez

Algunas fotos que acompañan este reportaje son del Centro de Mayores de Daimiel.

La otra mañana me encontré con Pepe y hablando de unas cosas y otras, salió la mienta de los dulces que se preparan por estas fechas (rosquillas, flores, torrijas barquillos etc) y que, desde siempre y año tras año, hemos visto hacer a nuestros padres en su casa, y que ahora, con el paso del tiempo y al faltar ellos, nosotros hemos cogido el relevo para seguir con esta tradición y así hacer que no se pierda.

El caso es que como yo tenía pensado hacer unas Roscas de Utrera, (“roscutreras” para los amigos, ya que tanto yo, como mucha gente aquí en el pueblo, las llamamos así), pues eso, que me dijo Pepe, qué porque no ponía la elaboración de la susodicha, por lo que aquí os dejo como las hago, para que, si queréis, podáis disfrutar de ellas y de su dulce y rico sabor.

Ingredientes:

* Media docena de huevos

* Medio vaso de azúcar

* Un cascarón de aguardiente o anís

* Un cascaron de aceite frito o en su defecto aceite    de girasol

* Medio cascarón de vinagre

* Harina la que pida

* Ralladura de un limón

* 2 cucharaditas de levadura Royal

* Medio kilo de miel

Para todo aquel que no lo sepa, la medida del cascarón se refiere al cascarón de un huevo, que abierto por la coronilla se utiliza para ello.

Una vez que tenemos todos los ingredientes empezamos a preparar la masa, primero batimos los huevos hasta que queden espumosos y a los cuales, una vez que ya están en su punto, les añadimos el azúcar, el aguardiente, el vinagre, la ralladura de limón y el aceite, removemos bien para que mezclen los ingredientes. A continuación, juntamos la levadura con la harina y se la vamos agregando poco a poco para que no haga grumos, hay veces que por el motivo que sea hay que añadir un poco más de harina para que así la masa no quede pegajosa, amasamos bien hasta que veamos que está bien ligada y que se desprende fácilmente.

Una vez que ya tenemos la masa, empezamos a hacer tiras largas, ni muy gordas ni muy finas y que iremos poniendo sobre la mesa, una mesa que previamente hemos enharinado para que no se peguen a ella.

Cuando las tengamos todas hechas, ponemos una sartén al fuego con bastante aceite y mientras se calienta, empezamos a cortar las tiras de masa en trocitos pequeños con unas tijeras, para cuando el aceite esté caliente, freír en tandas las bolas que hemos cortado (bolas a las cuales, mucha gente entre ellas yo, siempre hemos llamado chochos).

Les vamos dando vuelta continuamente para que no se nos quemen y una vez que están dorados, los vamos sacando y dejamos reposar en una fuente sobre papel de cocina absorbente, para quitar el exceso de grasa.

Cuando ya los tenemos todos fritos ponemos una olla con la miel y una cucharada de azúcar y dejamos que hierva un rato hasta hacer la “marcocha” (como dice mi cuñada) y que no es otra cosa que dejar la miel hervir para que coja consistencia, una vez que ya está hecha apagamos el fuego y agregamos las bolas, las cuales removemos continuamente y con cuidado para que no se deshagan, teniéndolas un buen rato hasta que se impregnen todas bien.

Y ya nos queda el último punto, ¡armar las roscas!!, para ello vamos poniendo con un cucharón poco a poco en un plato las bolas, pestiños o chochos como se quieran llamar, y les vamos dando forma de corona con las manos, eso sí, para hacer esto hay que mojarse continuamente las manos con agua fría para no quemarte, porque vaya tela como sale de calentita la miel.

Y ¡voilá!!, ya tenemos nuestro dulce hecho y listo para comer.

Se de mucha gente a quien les gusta adornarlas con anisillos de colores o almendras tostadas por encima, eso ya va a gusto del consumidor, yo las hago así tal cual, en plan viudo.

Espero que os gusten.

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