NIVEL DEL ACUÍFERO 23 A FINALES DE OCTUBRE 2022 Y OTROS ASUNTOS.

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Miguel R. Torres. Noviembre 2022.

Decíamos en el anterior escrito (finales de junio) que nos quedaban por pasar los peores meses para el acuífero 23, julio y agosto; y que bajaría 2.50 m siendo optimista. Pues efectivamente, entre los dos meses bajó 2.70 m, por lo que llegamos a los 17.30 m.

Ahora, último día de octubre, ha recuperado 1.10 m (60 cm en septiembre y 50 cm en octubre), por lo que se encuentra a 16.20 m.

Estos datos nos dicen que está 1.50 m más bajo que el año pasado en la misma fecha, 5.80 m más bajo que hace cinco años y 8.60 m más bajo que hace ocho años. Si queremos ver la botella medio llena, no llegamos a los 38 m de agosto de 1996, ni a los 30.70 m de julio de 2006, los peores momentos y situación por la que ha pasado nuestro acuífero; pero llegó noviembre de 2006 y se lio a caer agua, y la consiguiente recuperación milagrosa. Y ahora, parece ser que no se esperan que las nubes vuelvan a recuperar aquel milagro, al menos el mes de noviembre, según apuntan distintos meteorólogos.

Con la desastrosa situación que se llegó en aquellos años, especialmente en el 1996, se suprimieron cultivos como la alfalfa o la remolacha en la comarca, y parecía que se acababa el mundo. Se potenció el cambio en el regadío, se pasó de riego “a manta” y por aspersores, a riego por goteo; gran acierto. Posteriormente se han tomado muchas medidas: instalación de caudalímetros, pequeño control sobre nuevos sondeos,… pero seguimos con muchos interrogantes. ¿Se controlan los caudalímetros, están todos los pozos legalizados, …?

Se siguen regando multitud de cultivos por aspersión, (con el consiguiente despilfarro de agua, -además de regar los caminos-), unos cultivos porque no admiten el goteo, como las patatas, o los cereales; otros porque ya que tengo los tubos y aspersores, no me gasto en gomas de goteo.  Las administraciones ante tanta desidia deberían intervenir. Que no es que el goteo sea sistema perfecto pero ahorra agua. Ahorra agua si se hiciese con lógica y con sentido común, pero en multitud de ocasiones, éste falta. ¿Cómo se puede regar una plantación de almendros o pistachos nueva, a un marco de 8 por 8 m, regando la línea entera, entre árbol y árbol con goteros cada 50 cm? Así lo que se produce es que entre planta y planta nazcan hierbas frondosas, pero se sigue desperdiciando el agua. Sin olvidar la práctica que se viene haciendo ya bastantes años, esto es, que las viñas se riegan hasta el día anterior a su recolección; y lo que es más difícil de entender, que una vez recolectada la uva, se les da un riego de mantenimiento, (esto no el cien por cien de los viticultores). Así se explica que hace 30 o 40 años ya en los meses de agosto, recuperaba el acuífero, cosa que actualmente, hasta septiembre u octubre no empieza a recuperar.

En definitiva, que se sigue mal aprovechando el agua, máxime cuando somos conscientes, cada vez más, de que sin agua, esto sí que será un erial. No queremos cargar exclusivamente contra la agricultura, ya que la industria, la población y el desarrollo urbano también es responsable, pero la agricultura consume el 80% de la masa de agua, según los técnicos.

Otro capítulo complejo y misterioso es el Parque Nacional de las Tablas y la aportación de agua y trabajos que se están realizando, pero lo dejaremos para otro escrito más detallado. Solo mencionar que está cortado el paso a los visitantes por casi todos los accesos, ya hace tres meses, con más de 10 camiones extrayendo tierra y máquinas cargándolos; pero secas por casi todos lados. A ver si en el invierno, que habrá cambio climático, nos hace cambiar a mayor optimismo. “Agua para las Tablas”

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