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El Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel cuenta en julio de 2017 con mil hectáreas inundadas, cifra suficiente y aceptable por estas fechas. La preocupación sobreviene al comprobar que el humedal no recibe agua del Guadiana desde mediados de Julio. La sequía que padecemos afecta al caudal de los ríos, los cultivos y puede que más adelante, en función de la meteorología, pueda también perjudicar el suministro de agua a las poblaciones.
¿Se imaginan en algún momento restricciones en el abastecimiento a nuestras casas? Las nuevas generaciones han crecido sin carecer del preciado elemento, les ha bastado con pulsar el grifo y ya está, agua por un tubo. Pero el agua no mana por casualidad a través de una conducción, precisa de un sistema organizado que a veces no sabemos valorar. Y está en nuestras manos evitar en prudente medida el derroche del líquido elemento imprescindible para la vida del ser humano , cuyo cuerpo es agua en tres cuartas partes, con el consiguiente consumo diario, necesidad básica para la vida.
Podemos aportar desde nuestros hábitos domésticos un control particular que ayudará para evitar el derroche de agua. Un hogar que regule sus actividades cotidianas de un modo sencillo, puede evitar consumos elevados de H2O. Basta con utilizar la ducha en lugar de la bañera, evitar lavados de vajilla con el grifo abierto, velar por las buenas instalaciones domésticas evitando fugas, fregar suelos con cantidades suficientes en el cubo y, si es posible, reutilizar esa agua en funciones compatibles optimizando coladas y lavavajillas,… El control y la prudencia, generan ahorro en todos los sentidos, apliquemos también este axioma para el tratamiento del agua que pasa por nuestras manos. El gasto medio de agua que se produce en nuestros hogares, puede ser sensiblemente reducido si nos mentalizamos para aplicar medidas de este tipo, sencillas y fáciles de practicar. Con el paso del tiempo, los favorecidos seremos nosotros.