DE NUEVO 1-0. VERLO PARA CREERLO

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Uno del pueblo.

Salió el Daimiel con alineación obligada por las lesiones y de nuevo el equipo se comportó como si no hubiera ausencias, lo cual habla a las claras de la mano del entrenador. Alfonso Peláez ha sabido ensamblar a toda la plantilla en un equipo de futbol definido… con ausencia de gol. Y si no hay gol, por bien que juegues, no consigues nada. Es casi surrealista revisar los partidos y resultados y estrellarte siempre ante el mismo guarismo negativo con un mortificante gol de diferencia, tanto en casa como a domicilio. No es normal. Las malas rachas siempre tocan a su fin, sobre todo si creas futbol y ocasiones con frecuencia. Pero si no se transforman, nos plantamos en un punto de difícil retorno. “Daimiel al día” colecciona crónicas en esta temporada donde el protagonista del partido es el gol que no entra, el nuestro, y el otro gol que sí nos mata, el de ellos. Pero ya sabemos todos que el futbol es así, aunque tan poco fruto para tanto esfuerzo, no es normal, repito.

Sixto, portero del Daimiel RCF, intervino en una sola ocasión en la tarde. Montero, el meta del Valdeganga, se convirtió en portero internacional, ya que sus paradas a remates a bocajarro de los blancos determinaron el resultado final del encuentro, 1-0, hasta un penalti paró, hecho a Giti, penalti claro. Hasta una docena de llegadas con remate, algunos en el palo, rayando en el asedio, todas desbaratadas por el meta Montero. Y a falta de diez minutos, gol de ellos a la salida de un córner. De goleada clara, a derrota por 1-0. La afición local, extrañada y sorprendida, se preguntaba ¿éstos son los últimos…?, mientras se mantenía en silencio ante el superior y dominante futbol daimieleño, pero no hubo manera de marcar. Tanto entrenador como futbolistas, no pudieron hacer más. Ajo y agua, nos ha mirado un tuerto. La presión de los futbolistas del Daimiel RCF ante tanto infortunio cara al gol, les atenaza. Buen concepto futbolístico, pero el equipo no marca, no puntúa y cada vez se complica más la cosa. Hay que ver este partido para creer lo que escribimos. Situación incluso surrealista, nada fácil de entender. En toda situación difícil, la moral es lo último que se pierde. ¡Vamos Daimiel! Hasta el final.

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