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Hay que procurar ser objetivo a la hora de reflejar la crónica de un partido, aunque esté por medio el equipo de fútbol de tu pueblo, en la Primera Preferente de Castilla La Mancha, categoría en la que se aprecian momentos de buen fútbol alternos con otros de máxima competitividad en pos de distintos objetivos. El Daimiel de esta jornada, en línea con su mejoría en los últimos partidos, disputó un encuentro de constante lucha y a ratos buen fútbol, frente a un San Clemente bien clasificado en puestos de ascenso, que también peleó con tesón buscando la victoria. Pero el marcador final es el que manda y, de nuevo, otra inmerecida derrota en casa nos mantiene de farolillo. Seguimos creyendo en las posibilidades reales para superar esta mala racha, porque se aprecia ardor deportivo y, por momentos, calidad en la escuadra blanca.
La fría tarde no invitaba a presenciar el partido, pero al final hubo gente en El Carmen, que animó bastante a los locales. Un minuto de silencio por Manolín, legendario portero del Daimiel allá por los años cincuenta, dio paso a la contienda que desde el primer instante se convirtió en un toma y daca, aunque con precauciones por ambas partes para no encajar. Hasta que en córner mal defendido, Sergio, de cabeza, acertó con las mallas locales a los veinte minutos; si bien el Daimiel dispuso de ocasiones, tras gran jugada de Fran Gallego que asistió a Ho que remata flojo en jugada embarullada, aunque la más clara del partido fue para los blancos de Alfonso Peláez, a renglón seguido de la anterior, con cuatro remates consecutivos de los atacantes locales con paradas a bocajarro del meta Juli, que sin duda alguna salvó a su equipo. Qué mala suerte, con el posible penalti por mano en esa jugada o la reclamación de los jugadores de casa al considerar que en uno de los cuatro remates sucesivos, el balón llegó a entrar.
El público bien que se calentó, animando a los suyos, merecedores de mejor fortuna, hasta que a los treinta y tres, Mané a la salida de un córner acertó en su remate, elevándose y con el pie, a la red sanclementina. Explosión de júbilo en el estadio, con renovados ánimos desde la grada que confiaba en remontar ante los de Cuenca. Duró poco la alegría, ya que dos minutos después, una falta al borde del área local fue botada de modo magistral por Fernandito, colocando el esférico cerca de las telarañas, golazo imparable para Sixto. Continuaron produciéndose ataques por ambas partes, y así llegamos al final de este buen primer tiempo con fútbol y goles.
Al inicio de la segunda parte, una falta al borde del área favorable al Daimiel, termina en una melé sin nada positivo, dando paso al penalti decretado por el trencilla contra el equipo “chucho” con gran parada de Sixto; contragolpe posterior entre los “daimieleños” coreanos Ho y Lim, con gol anulado al levantar la bandera el linier. Nuevos bríos desde la grada, con afición calentita y encendida contra el juez, que no vio una mano en el área visitante, penalti que se fue al limbo. Ocasiones del equipo rojillo en ese ida y vuelta que se convirtió el partido, no fructificaron, aunque el dominio local se iba imponiendo a base de empuje pero sin resultado. Chele, en incursión por banda derecha asiste a Ho, con remate del coreano detenido por el meta de San Clemente. Sixto vuelve a detener un mano a mano ante el peligroso Borja, disponiendo la delantera rojilla de alguna otra oportunidad que enviaron fuera. A su vez Fran Gallego, gran pelotero, bordea la base del poste en otro disparo con clara dirección hacia el gol. Los ¡uyyyys…! del respetable junto a los gritos de ¡Daimiel!, ¡Daimiel! se dejaban sentir en ambiente fervoroso, el público también jugaba. Dos nuevas ocasiones locales, ya en el descuento, estuvieron a punto de entrar, pero de nuevo el meta Juli desbarató con su parada la primea, mientras la segunda salió lamiendo la madera. Y así, llegó el final. Emoción y tensión hasta el último suspiro. Nadie se aburrió, transcurriendo el encuentro más rápido que de costumbre. Algunos aficionados forasteros, al igual que el entrenador visitante, nos manifestaban su extrañeza por la clasificación actual del Daimiel.

No mereció la derrota el Daimiel, pero el fútbol es así. Tampoco favoreció la actuación arbitral, con decisiones dudosas en momentos decisivos que no favorecieron al equipo local. La afición salió resignada, pero no se aburrió, contando además en la grada con la presencia de Esther, daimieleña futbolista del C.D. Tacón, futuro Real Madrid Femenino.
Ánimos para directiva, plantilla y entrenador. Ánimos para la afición. Sí se puede.