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Uno del Pueblo
El órgano Stoltz de Daimiel, necesita muchas manos, apoyo máximo por parte de daimieleños, instituciones locales, empresas, “órganos” de orden político y desde luego, acontecimientos periódicos como el que el 24 de Noviembre se vivió, sintió, escuchó y disfrutó en la Parroquia de Santa María, sede acondicionada para tan magno instrumento y tan excelente Concierto.
Pues al menos cuatro manos nos hicieron sentir lo más sublime de la música, dedos de Manuel, dedos de Daniel, talentos unidos en pro de una causa benéfica cual la financiación del Órgano Stoltz, del siglo XIX y adquirido por la Parroquia hace ya cuatro años.
Manuel Blanco y Daniel Oyarzabal llenaron el templo hasta el altar, en espectacular Concierto entre trompetista y organista, dos músicos internacionales de máximo prestigio que despertaron los sentidos de las personas presentes, Iglesia plena de melómanos deleitados ante las interpretaciones de obras de Bach, Vivaldi, Telemann o Mendelssohn.
Arrancó el trompeta de Daimiel desde la Sacristía, con un recorrido por el pasillo central al son de la música acompasada entre el virtuoso dúo, que ya atraían la atención de la selecta parroquia, interpretando a Bach.
El “Ferrari” de los órganos, -solo tres en España- es obra maestra única, propio para grandes catedrales, convirtiéndose pues este Órgano Stoltz en uno de los mejores legados culturales que pueda tener Daimiel. El teclista Oyarzabal extrajo los mejores sonidos al afinado instrumento. La capacidad musical del clavecinista y organista español, uno de los mejores del mundo en la actualidad, fue lujo de suprema altura -nunca mejor dicho, Daniel es de estatura considerable- en este histórico Concierto. Nos rendimos ante el organista principal de la Orquesta Nacional de España.
Especial actuación la de Manuel Blanco en su ciudad. El daimieleño, uno de los trompetas más importantes del mundo, actuó, tocó para su gente, con el virtuosismo que desarrolla en sus grandes conciertos por el orbe. El trompeta principal de la Orquesta Nacional de España, “cantó” con su trompeta, cual voz humana, en sintonía y entendimiento musical con Daniel, diálogo vivo entablado entre ambos artistas, dos superdotados en solemne escenario.
Largas ovaciones refrendaban el final de cada tema, con evidente satisfacción entre los espectadores que colmaban todas las localidades, más de quinientas entre los bancos y sillas dispuestas para el relevante evento. Bastantes personas se desplazaron desde distintas localidades para no perderse tan excelente actuación.
“La vida sin música sería un error”, Nietzsche dixit. Pues acierto total la de este histórico Concierto en Daimiel. Perdurará en el recuerdo, con el consiguiente prestigio añadido a nuestra ciudad.