EN DEFENSA PROPIA

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José Ignacio García-Muñoz (Queche)

Parafraseando a Arturo Pérez Reverte, hay veces que uno tiene que escribir en defensa propia. Y tiene que hacerlo cuando alguien, en nombre propio, o bien en el de una institución, insulta, menosprecia, o agrede de forma más o menos explícita a parte de sus representados, lo cual convierte el insulto en doblemente grave. Todo esto viene a cuento, por la iniciativa del ministro de Cultura del gobierno de Sánchez, Ernest Urtasum, de eliminar el Premio Nacional de Tauromaquia.

Si uno mira el currículo personal del ministro, encuentra que su formación está relacionada con la economía y la diplomacia, pero no con el mundo de la cultura; algo que tampoco debería sorprendernos dada la tendencia de algunos gobiernos a colocar en puestos de responsabilidad a personas no idóneas. Y si no, recuerden a Miquel Izeta; el “superatleta” que fue nombrado ministro de deportes.

Estos premios, fueron creados bajo el gobierno de J.L.R.Zapatero alguien poco sospechoso de circular por la derecha, pero el señor Urtasum, que circula por el carril más a la izquierda de la carretera, ha decidido no sé si consultando o no con alguien, que esto de los “toros” es algo con lo que hay que ir terminando, y para ello alguien ha colocado a un zorro a cuidar de las gallinas.

Que el toro forma parte de la cultura humana es algo que nadie con cultura discute. Desde las antiguas Mesopotamia, Persia, Babilonia y Grecia, hasta Europa, princesa fenicia que fue raptada por Zeus bajo la forma de un toro blanco (jabonero en el argot) y pasando por Latinoamérica, la presencia del toro y cuanto se relaciona con él, impregna la vida del ser humano.

Como es usted economista Sr ministro, le daré algunas cifras.

El impacto económico de la tauromaquia es de 1.604.216.934 euros o lo que es lo mismo, el 0,16% del producto interior bruto.

Por cada euro ingresado directamente en el toreo se generan 2,8 euros en el sistema económico.

Se calcula que en toda España acuden a las corridas de toros regularmente y desde hace años, algo más de cuatro millones de españoles que, compran unos 40 millones de entradas.

Las personas que encuentran trabajo directa o indirectamente gracias a los espectáculos taurinos se cifran en 150.000.

El dinero que dejan en las arcas públicas las entradas de los espectáculos taurinos, asciende a cerca de 40 millones de euros, que comparados por ejemplo con los 8 millones que deja el cine no son pocos.

Me imagino que estas cifras las tiene usted controladas, pero ahora le voy a recordar (por si se le han olvidado) otros aspectos quizá más intangibles o cuantificables, pero que como ministro de cultura debería tener en cuenta antes de tomar decisiones más propias de un activista que de un ministro, que lo quiera o no, lo es o debería serlo, de todos los españoles sean o no aficionados.

Voy a exponer una lista con los nombres de algunos personajes que han tenido una estrechísima relación con el mundo de la tauromaquia, algunos grandísimos aficionados y verdaderamente entendidos, que han conocido y tratado a leyendas de la tauromaquia como Joselito el Gallo, Sánchez Mejías o Juan Belmonte, por citar solo algunos de los que más relación tuvieron con la generación del 27 entre los que cabe citar a: Dámaso Alonso, Lorca, Alberti, Neruda, Bergamín, Cernuda o Vicente Aleixandre, que escribieron algunas de las páginas más inolvidables de nuestra literatura relacionadas con la fiesta de los toros; algo que hicieron también Valle Inclán o los Machado de la generación del 98.

Siendo usted ministro de cultura, me imagino que Orson Welles, o Ernest Hemingway de la llamada generación perdida le sonaran a usted, y si se tuviese usted que dar una vuelta al ruedo por cada corrida que han visto los arriba mencionados, le iba a faltar vida (que Dios quiera sea muy larga) para darlas. Por cierto, como ministro de cultura sabrá usted porque es historia de España, que al sepelio de Joselito el Gallo por mencionar solo a uno, acudieron más gentes del pueblo que a cualquier mitin de los que acostumbran ustedes a dar como políticos. Ya lo dijo Muñoz Pavón canónigo de la iglesia catedral de Sevilla en el entierro del torero dirigiéndose a un personaje de la nobleza:<Cuando el pueblo quiere, créame usted que es por algo>

Hemos de añadir a algunos más, como un tal Francisco de Goya, Romero de Torres, o Pablo Picasso sin ir más lejos, de los cuales como ministro de cultura habrá oído hablar y que me temo le harían a usted dar otras cuantas vueltas al ruedo( algo que le habría venido muy bien al señor Izeta). Por curiosidad decirle, que el diámetro de la Monumental de México es de 43 metros de modo que ya sabe usted. Pi por el radio al cuadrado: Unos 270 metros por vuelta, claro que si se va usted a la de Ronda, esta tiene 66 metros la más grande del mundo, algo más que la Maestranza de Sevilla que tiene 48, pero… perdóneme, esto es algo que seguro ya sabe cómo ministro de cultura que ha estudiado profundamente la fiesta.

Creo coincidir con usted si digo, que todos los personajes mencionados más arriba, se caracterizaban por tener una sensibilidad especial que los hacía únicos, y al igual que ellos, los que vamos ahora a los toros créame usted que no vamos a ver sufrir a un animal sino a ver torear. Hoy en día, a las puertas de una plaza de toros, serian tildados de asesinos, y me pregunto si sería usted capaz de mirar cara a cara a Lorca, a Alberti, Neruda o cualquiera de los otros, y llamarles asesinos solo porque eran capaces de ver cosas que usted no es capaz de ver.

Su decisión de retirar el premio, queda larga de sectarismo y corta de conocimiento e tolerancia, y casi lo prefiero así, ya que el prestigio de un premio se mide por quien lo otorga, y desde el pasado día 2 se ha devaluado no por la fiesta, que ha contraído méritos sobrados para hacerse acreedora de un galardón a la altura de su importancia, sino por quien se lo niega que no da la talla.

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