20,109 visitas, 47 visitas hoy
Jesús Camacho
Cuando se avista el Carnaval en Daimiel, ya se ha convertido en una costumbre, esperar con deseo a que llegue un nuevo Baile de Ánimas. Una recreación de aquellos Bailes, ya desaparecidos y que antaño, se sucedían en la localidad en las frías noches de preludio a los días de diversión y más carnavalescos del año.
Para entender cómo se celebraban los antiguos Bailes, hay que ubicarlos en el contexto social de una época en blanco y negro, sin muchos recursos ni formación y que los horarios y principales acontecimientos, lo marcaban las campanas de la torre de la Iglesia. Es una época, en la que la devoción por las Ánimas Benditas está muy extendida por nuestra geografía, siendo esta fe y creencia muy respetada.

El ajetreo festivo era muy escaso y las únicas fiestas que había en los pueblos, eran las que punteaba el calendario litúrgico y santos de guardar, pero en Daimiel, en las vísperas del carnaval, había una cita muy ansiada y anhelada y eran los eclipsados y perdidos Bailes de Ánimas, que conformaban la antesala a salir de la rutina para pasar a divertirse ataviándose con viejas telas y ropajes sacados de los baúles y hacer la broma.
Los bailes previos, se ubicaban en patios de casas o grandes casonas, donde poder acoger a muchos invitados e invitadas y que se transformaban en un lugar de encuentro donde recrearse y echar el ojo y por este motivo, eran bailes muy esperados por todos y en los que se recaudaba dinero para la Cofradía de Ánimas a través de la puja que los mozos hacían para poder bailar con las mozas que acudían a la convocatoria y así aprovechar la ocasión para coquetear con algún posible pretendiente.

El Baile, anticipadamente era anunciado con toque de tambor y alzamiento de banderas decoradas por la Cofradía de los Rotos. Los componentes de esta Cofradía recorrían las pretéritas e imprecisas calles de Daimiel durante todo el día anunciando el Baile, para que no faltara ningún alma al evento del año hasta que caía el sol y se disponía a comenzar el mismo.
Sería en el año 2016, cuando la Asociación Folklórica Virgen de las Cruces de Daimiel en colaboración con el historiador de arte D. Jesús Sánchez-Mantero Gómez-Limón, se embarcó en un proyecto de investigación que pretendía dar a conocer una celebración que se llevaba a cabo en la ciudad de Daimiel hasta finales del siglo XIX. Con esta misión se quiso recuperar este Baile de Ánimas, una añeja tradición que dar a conocer a la ciudadanía, ya que los mismos desaparecieron en Daimiel hace más de 140 años.


El Baile de Ánimas era una de las tradiciones más enraizadas y celebrada en los diferentes pueblos de la geografía Manchega desde la Edad Media hasta finales del siglo XIX y las postrimerías del S. XX, y en Daimiel, esta antigua costumbre estaba vinculada y relacionada con el Carnaval y con el folklore daimieleño, pues en el evento se bailaban fandangos, seguidillas, rondeñas y manchegas.
Lo organizaba la Cofradía de las Ánimas benditas que se mantenía con limosnas, subastas y pujas y con este dinero recaudado se decían misas en el periodo establecido para las Ánimas o se compraba cera para el altar de las Ánimas benditas.
En los años posteriores, se ha continuado recreando este baile perdido siendo un ejemplo de recuperación de viejas tradiciones y en este año la representación de este baile llevará el nombre de “La fantabulosa fórmula del Doctor Marchetti”, obra escrita por Mar Carrasco Suárez.
La recreación, se llevará a cabo en el Espacio Fisac a las 20´30 horas los días 2 y 3 de febrero de 2024 y este espacio, se transformará en la casa del Señor Don Luis, viudo de Doña Asunción. Ambos tuvieron a una hija, que tuvo la desdicha de quedar huérfana de madre el mismo día en que nació.
Todo comenzará con el recibimiento de los invitados y donde los hombres se apresurarán a acudir al baile, etiquetados con sus mejores capas y sombreros y las damas vestirán envidiadas galas.
No tardará en producirse el primer encuentro inesperado de Don Luis y Doña Elisa, viejos conocidos y al que esta última acudirá acompañada de su hijo Damián, quien pretende hacer participe a todos los asistentes de una gran noticia, incluida a su madre.

El baile estará ambientado por un grupo de músicos que forman una rondalla de la época y que con sus canciones darán alegría y desenfado a este Baile de Ánimas al que no faltarán, Don Anselmo y Don Alejandro, los párrocos de la ciudad, el Señor Alcalde y su esposa y el subastero, que se encargará de arrancar perras y reales a los invitados con las diferentes pujas, a cambio de bailes con las mozas asistentes.
Doña Frasquita y el Doctor Marchetti irrumpirán por sorpresa en la noche de Ánimas y no dejaran a ninguno de los invitados indiferentes, invitados que esperan cada año la llegada del Baile de Ánimas, bailes muy esperados por la sociedad de una época pasada, ya que era el lugar y el espacio para salir de la rutina, distraerse de las duras jornadas de trabajo y sobre todo, era el momento idóneo para empezar a escribir historias de amor, chismes, reencuentros de personas de distintas clases sociales, encontronazos y pujas, muchas pujas donde se dejaba notar el estatus.
Y si a estos bailes, les añades un tónico o una fórmula secreta, puede cambiarnos la vida en en unos minutos, puede tardar días, semanas o quizás, unos segundos, como sucederá en el próximo Baile de Ánimas.
Lo que no cambiaba en estos bailes de Ánimas, era el fin de estos eventos, que no era otro, sino que el de recaudar fondos para las Ánimas Benditas del Purgatorio y su descanso eterno de los que se fueron, y siendo este el principal motivo, estos bailes tenían una gran acogida y afluencia de público. Este año y de forma simbólica, la organización del baile será benéfica y la entrada será solidaria a beneficio de la Asociación Española contra el cáncer que celebra su reivindicación, a la que nos sumamos todos, el próximo día 4 de febrero.

Poco más que añadir, invitarles a que asistan a esta octava recreación del Baile de Ánimas con las ganas de dejarse involucrar en cada una de las escenas, imaginando que están dentro del patio de la casa de Don Luis, porque uno nunca sabe lo que puede ocurrir en cada Baile de Ánimas.
¡¡¡ Ánimas !!!