TALLER DE TOREO

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Uno del Pueblo

En día soleado, sabiendo el Astro Rey que debía acompañar el acontecimiento, tuvo lugar el anunciado Taller de Toreo para niños y aficionados en la Plaza de Toros de Daimiel. Todo ello organizado por la Asociación Cultural Carlos Aranda, con el exclusivo fin de promocionar entre niños, adolescentes y adultos el mundo de la tauromaquia, mundo del toreo, iniciativa que tanto atrae a quienes somos aficionados al arte de Cúchares.

Niños autorizados por sus padres, adultos y adultas, participamos libremente de la actividad, pasando buen rato y conviviendo entre personas, todos y todas personas “normalicas” que sentimos la afición por los toros. Muchos de los presentes, agricultores, ganaderos, funcionarios, jubilados, deportistas, amas de casa, padres, abuelos, políticos, informadores y demás, todos “normalicos”, disfrutamos y pasamos buena mañana, tras chocolatada y mojicón rico, rico.

Hubo que prescindir de la anunciada “bueyada infantil”, no vaya a ser que se los maltrate, te “paece a tí…!” “Pero bueno, el caso es que la actividad se desarrolló con presencia de torero, Carlos Aranda, profesionales y jóvenes pertenecientes a distintas escuelas taurinas que enseñaron manejo de capote, muletas y utensilios propios del mundo del toreo, con pedagogía propia de estas actividades de toreo de salón que educan y enseñan desde la base lo que es el mundo de la tauromaquia, el arte de lidiar toros, concepto aglutinador de desarrollo económico y social en los lugares donde se practica, con origen español y extensión internacional, que genera comercio, industria, turismo y muchas más derivaciones.

Un porcentaje de la población a tener en cuenta, justifican con su presencia o seguimiento el afecto hacia la tauromaquia, afición que en la actualidad continúa captando interés y atención entre los jóvenes, señal inequívoca de que Belmonte, Curro, El Cordobés, Morante o Carlos Aranda, continúan suscitando algo más que el desafecto empedernido de alguna que otra asociación en contra del maltrato animal, nunca considerado con animales, no solamente los toros, sino cualquier especie de cuatro patas e incluso alas que habitan normalmente en ganaderías en general. Cariño y cercanía, día a día, con buen trato a caballos, mulos o perros, que comparten “diálogo” solo entendido por quienes están próximos, les cuidan y miman.

Disfrutamos, sin duda alguna, el pasado 30 de Diciembre en la Plaza de Toros de Daimiel, con buena afluencia de afición de todas las edades, gente “normalica”, lejanos y ajenos a polémicas de corte moderno, de difícil, incluso extrema, explicación. Pero la vida continúa, las personas, todas
“normalicas”, que nos reunimos en la Plaza de Toros, -olé como está la Plaza-, pues eso, que lo pasamos muy bien contemplando “naturales” y “capotazos” de buen trazo al carretón, entre gente joven que garantizan futuro para esta tauromaquia, la de siempre, que no genera sensaciones
sacrílegas ni maldad para el mundo animal, sino todo lo contrario.

Actividad para todos los públicos, con el añadido social de aportar voluntariamente cada asistente alimentos no perecederos que fueron donados a los padres pasionistas de Daimiel.

Modérense o absténganse quienes al mezclar churras con merinas atacan sentimientos y actividades de sus congéneres, seres “normalicos”, que son aficionados a los toros. Algunos, algunas, con actitudes y teorías absolutistas, sí que propician el maltrato animal: joder la marrana. Perdón.

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