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Por Daría Loke Fuera
– Buenos días.
– Buenas tardes.
– No me cambie de opinión.
– Es que voy a opinión fijo.
– Si usted me interpela…
– A mí me la pela.
– Interpele, pele.
– Gran jugador donde los haya.
– Allá usted, ya le digo.
– ¿En sentido más laxo?
– Yaa leee diigoooo…
– Se trasmuta usted con facilidad.
– Es que tengo desprendimiento de rutina.
– Es usted ágil como un mandril.
– Precisamente uso mandril para cocinar.
– Pues qué mono.
– En casa no se habla de otra cosa.
– Es que el rancio abolengo es lo que tiene…
– Que huele mal.
– Pues mal de muchos…
– Consuelo…
– Y con techo. No se deje llevar.
– Sus argumentos son apodícticos.
– Irrefutables, diría yo.
– Se merece una estatua ecuestre.
– Ecuestre lo que cuestre.
– La pagamos a medias.
– A medias tintas.
– ¿Hace una copita de moscatel?
– De la familia de Guillermo.
– Por supuesto.
– Por mi puesto, querrá decir.
– No le quiero contradecir.
– Contradiga, ¿diga?
– ¿Quién es?
– Soy yo.
– Ya.
– Ya lo dijo Nicolás Tima, en su Guía para bajar la autoestima.
– Gran psicólogo argentino, ¿qué dijo?
– Che pibe, andáte boludo.
– Buenos días.
– Buenas tardes.