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José Ignacio García-Muñoz (Queche)
Vamos hoy a dar una vuelta de tuerca, al hecho no reconocido muchas veces por sus detractores, de que la fiesta nacional tiene engarzadas sus raíces en lo más profundo de la cultura, siempre y cuando, consideremos el lenguaje como una parte inalienable de la misma. Todas las profesiones, tienen un lenguaje específico que aquellos que las desempeñan conocen, pero que no necesariamente trascienden al uso común del pueblo llano que las hace suyas y las utiliza, incorporándolas a su lenguaje tanto culto, como al más coloquial. Pongamos un ejemplo. Ante un descosido en una prenda, nadie dice: “Parece que te lo han cosido con catgut”. El catgut, es un hilo que se utiliza en cirugía para coser una herida, y que tiene la particularidad por su naturaleza que es absorbido por los tejidos y desaparece.

Como verán, no es una expresión que se utilice en las conversaciones comunes, no ha trascendido, mientras que, si usted escucha a un padre decir a su hijo pequeño: “Aúpa”, usted comprende de inmediato que lo que el padre sugiere al niño es que se suba, o encarame a su espalda. Pues bien, el término “aúpa” viene de la denominación que se les daba a los picadores a los cuales por el hecho de ir a caballo se les denominaba “los aúpas” por razones que a nadie se le escapan, y como ésta, son decenas las expresiones que conviven con nuestra lengua, y que el pueblo y por tanto la R.A. E.L han incorporado a lo cotidiano contribuyendo a enriquecer el lenguaje y por tanto la comunicación pilar fundamental de la cultura y su transmisión.

A las primeras de cambio abandonó los estudios (Alusión al cambio de tercio)
¡A mí, no me torea nadie! (Sin comentarios)
Me sometieron a acoso y derribo en el trabajo (Faena de campo en las ganaderías)
¡Claro, a toro pasado es muy fácil criticar! (Cuando ya han pasado las cosas)
Al hilo de lo que estábamos hablando (Hilo, es cuando un toro persigue al torero)
Dar la alternativa (introducir en una actividad a alguien)
¡Atarse los machos! (Echarle valor) (los machos son parte del vestido de torear)
Ser de bandera Ser magnífico, excepcional.
Estar hasta la bandera. La bandera preside las corridas de toros, y se encuentra en la parte más alta. Estar lleno un recinto.
Barrera Lugar donde protegerse de las acometidas del toro. (Que bien se ven los toros desde la barrera) Que bien se está arriesgando poco.
Bregar. Trabajar “Ese empleado brega todo el día” Al igual que el peón que acompaña al matador y está pendiente de todo.
Brindar. Dedicar a alguien un acto como homenaje.
Cabestro. Animal manso que interviene en los traslados del ganado bravo. “Ese tío es un cabestro”.

Cambiar de tercio. Cambiar a otra parte de la lidia “Me quería hablar de su matrimonio, pero le cambie de tercio” Le cambió la conversación.
Casta. Compendio del carácter y la bravura (El Daimiel hizo valer su casta y le dio la vuelta al partido”
Coger al toro por los cuernos. Echarle valor, y enfrentarse a los problemas.
Cortarse la coleta. Acto que llevan a cabo los matadores cuando se retiran, y por extensión, simbólicamente aquél que cesa en una actividad.
Dar la puntilla. Acto con que el puntillero termina con la vida del toro. “Me han dado la puntilla…me han despedido del trabajo”.
Dar largas. La larga, es un tipo de pase en el que el torero se quita de encima al toro sacándolo por un lateral. “No me vayas dando largas y contéstame de una vez”
Desarme. Cuando el torero pierde el estoque o la muleta quedando a merced del toro. “Con lo que me dijo, me dejó desarmado”
Desplante. Cuando voluntariamente, el torero se desarma como demostración de dominio sobre el toro y se queda a escasos centímetros de él. “No sé cómo aguantas ese desplante”
Echar un capote. Cuando alguien hace un quite arrojando un capote u otro objeto con el fin de distraer al toro en su acometida. Arrimar el hombro. “No tenían para pagar la luz, y les eché un capote con la factura”.

En corto y por derecho. Acción en el momento de entrar a matar. Cuando uno aborda los problemas sin dilación y sin dar rodeos.
Entrar al trapo. Atender el toro al engaño que le ofrece el torero. “Si llego a entrar al trapo, se lía la de San Quintín”
Escurrir el bulto. Esquivar una colada del toro. Apartarse a tiempo con un quiebro. “Viendo la que se estaba formando, escurrí el bulto y me fui a casa”
Pegar la “Espantá” Salir corriendo en evitación de males mayores. Huir como un cobarde.
Espontáneo. Alguien ajeno a la lidia que irrumpe en la misma. Se le podría llamar un caso de intrusismo profesional.
Estar al quite. Pendiente de que el toro no termine cogiendo a un compañero que desempeña otra labor en ese momento. Tutelar a alguien. “Había que estar al quite por si las cosas se ponían feas”

Estar de capa caída o Para el arrastre. Retirar las mulillas al toro una vez muerto Estar sin hacer nada, derrotado. “Estaba de capa caída y me fui de la fiesta” “Bebió tanto, que estaba para el arrastre”
Faena. Conjunto de acciones que lleva el matador con la muleta. Se utiliza para decir que hay mucho trabajo “Aquí hay faena” o para indicar que nos han hecho un perjuicio “Menuda faena me ha hecho mi vecino”
Farol. Un pase que no conlleva mucho riesgo. “Se estaba tirando un farol”
La hora de la verdad. El punto culminante de la faena, entrar a matar, resolver algo de una vez. “Bueno, hasta ahora no era muy difícil, ahora llega el momento de la verdad”
Como podrán comprobar queridos lectores hay un sinfín de frases y refranes que jalonan nuestras conversaciones sin que caigamos en la cuenta.
“Los toreros en las plazas y los cómicos en las tablas” o lo que es lo mismo: Zapatero a tus zapatos.
Ese es un “marrajo”, que es un toro de poco fiar. O, “menudo Miura” haciendo alusión a la fiereza de alguien comparándolo con la proverbial de la famosa ganadería.
“Música maestro” Aquel que reclama un apoyo o una recompensa ante un trabajo bien hecho.
No hay quinto malo. Antiguamente, se dejaba para lidiar en ese lugar al toro que ofrecía más garantías.
Para torear y casarse hay que arrimarse. Hay tareas que requieren cierta dosis de valor.

Parar los pies Frenar con lances de recibo las primeras acometidas del toro en plenitud de fuerza. “A fulano habrá que pararle los pies”
Pasarse de castaña oscuro. Antiguamente, se creía que los toros de ese color eran más fieros y bravos, tanto más si el color era castaño oscuro.
Pinchar en hueso. Clavar el estoque fuera de lugar blando. Que te enfrentas a algo que te supera. “Para mí, que con esa chica ha pinchado en hueso”.
Ponerse hecho un toro. Aludiendo a la proverbial fortaleza de los astados.
Ponerse el mundo por montera. Que actúa a tontas y a locas importándole un pito lo que suceda.
Recibir un revolcón. rematar la faena, salir por la puerta grande, ser un “figura”. Si el tiempo no lo impide o, tener más valor que el Guerra.
Bueno, en algún momento hay que terminar, no se diga que no hay “vergüenza torera”. La intención, no ha sido otra que reclamar su atención a cerca del hecho de que el mundo de los toros, contribuye con su grano de arena a fraguar la argamasa con que se sostiene el lenguaje español, un patrimonio al que no deberíamos renunciar jamás.