PARA QUITARSE EL SOMBRERO

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Uno del Pueblo

Un acontecimiento singular se volvió a celebrar en el Espacio Fisac representado por la Asociación Folklórica Virgen de las Cruces. Fue la VII Recreación del Baile de Animas, con la presencia del gran circo de variedades “Estravaganza”, ingrediente del espectáculo que nos indujo al “Gran Circo de la Vida”, puesta en escena con múltiples vivencias recreadas en la actualidad desde la información histórica de Jesús Sánchez-Mantero, “Chuchi”, rescatador de estos costumbrismos históricos del diecinueve. Representación más que digna para ver y valorar, historia de nuestro pueblo, cargada de daimieleñismo auténtico proveniente del siglo diecinueve, no tan lejos y que aún superviven, en dialécticas y escenas que no se nos hacen tan antiguas.

Ya el paseo anunciador del acto por la Cofradía de Los Rotos, tal como se hacía “in illo tempore” recorriendo el centro de Daimiel, advertía de la importancia de lo que iba a acontecer en la casa de Don Severino, magnate de la época dueño de gran mansión donde acontecía el gran momento social, con pujas, reencuentros, sorpresas y citas para busca de parejas, desde el motivo de lograr dinerillos para beneficios sociales con diversas intenciones. Todo el libreto, obra de Mar Carrasco, directora de la representación y actriz principal, desde una puesta en escena muy aproximada a lo que tal vez ocurriera en aquel Baile de Animas muy esperado por aquella sociedad, agrícola y ganadera, que en vísperas de carnestolendas se encomendaba a sus creencias fieles a las ánimas benditas. Todo un acontecimientos refrendado por el pueblo.

A golpe de tambor se anunció el evento por la Cofradía de Los Rotos, banderas al viento y soflamas incitadoras para asistir al acto. Lleno en el Espacio Fisac en las dos representaciones, viernes y sábado, con pleno de asistentes. Y no es para menos, pues la trama de este año y la puesta en escena de los actores, nos transportan e incluso nos hicieron partícipes de aquellas vivencias del diecinueve.

Especie de musical costumbrista, desde los toques folclóricos y danzas interpretadas de viva voz desde los sonidos de guitarras, bandurrias, laudes y voces, todo con calidad sobrada que nos mantenían absortos en la magnífica representación.

Alcalde, subastero, guardia civil, clero, criada, tabernero, esposas acechantes, damas en edad de merecer, músicos, danzarines, niños y el poderoso Don Severino, nos pusieron en situación, con atrezzo, indumentaria, vocabulario y actuación, lo más parecido a un musical folklórico que a todos nos enganchó. Y todo ello puesto en escena por personas que todos conocemos, daimieleños que por afición y altruismo sacan lo que llevan dentro, sorprendiendo al  personal asistente a esta recreación histórica dando vida a personajes de aquella época que nos acercan a la realidad de aquellos entonces.

Para quitarse el sombrero ante esta representación musical y costumbrista, al alcance de buenos catadores de la historia, personas con buen gusto, entre música, danza, cantos folklóricos apropiados y mucha predisposición  por parte de los actuantes. Espectáculo de gran nivel, sin duda, que a todos nos enganchó. Magnífico trabajo el realizado por esta asociación cultural, cuya vida guarde Dios muchos años.

Ejemplo a seguir para que  no se corte el cordón umbilical que a todos nos une, antepasados y contemporáneos. “Chapeau” para estas personas, daimieleños que se inmiscuyen desde la relación histórica de “Chuchi” en esta representación más que digna, para ver y valorar.

Bien por la Asociación Folklórica Virgen de las Cruces. Y el año que viene, más.

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