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Uno del Pueblo
Muy bien organizado el cachondeo carnavalero de hogaño. Desde la más absoluta seriedad se puso en marcha la fiesta de carnestolendas, lográndose pleno disfrute por parte de actuantes y contemplantes. Asique, bien por Festejos.
Mucho deseo por parte de todos, al fín poder celebrar fiesta en común, desenfadada y alegre como siempre, pero con limites preventivos frente al bicho Todo al aire libre, pleno de máscaras y mascarillas. Público responsable, en general, y máscaras en su papel. Cachondeo controlado con mucha seriedad y buenas composturas, nada de insensateces.
Y hubo de todo, no anduvo escasa la mascarada de este 2.022. Juan Pablo Gómez del Pulgar Martín-Pozuelo, joven jubilado del Consistorio, fue elegido Máscara Guarrona, máxima autoridad de la fiesta grande de Febrero. Reconocimiento a muchos años organizando el Carnaval desde sus entrañas. Emotivo pregón, aldabonazo de partida con impactante suelta de paloma blanca reivindicativa de paz en tiempos de guerra, golpe de efecto que a todos nos sobrecogió. Juan Pablo, mago fascinador, sacó de su chistera el mejor de los mensajes. Máscara Guarrona con clase y sensibilidad. Bravo Juan Pablo.
Y con homenaje incluido a Julián Hernández “El Changa”, carnavalero de postín recientemente fallecido, alma y fuerza activa del carnaval de Daimiel durante toda su vida.
Las distintas peñas aportaron fantasía e imaginación en los espectaculares desfiles de carrozas. Desde El Carmen hasta la Plaza de España, coreografías bien logradas ponían en escena representaciones artísticas-musicales de notable dificultad pero con notorio éxito. Los Amigos del Arte, la Peña El Cencerro, Hasta que el cuerpo aguante y La Garrota –felicitaciones por su trabajo- con multitud de actuantes, verdaderos protagonistas, niños y mayores que daban vida, alegría y color a las representaciones elegidas, lo daban todo sobre el asfalto. Gran nivel el de las Carnestolendas daimieleñas, con el gran Charlot, imprescindible autoridad, ordenando el desfile porra en mano, desde las severas órdenes de la Máscara Guarrona.
Curas, frailes, monjas, viudas, plañideras… incensarios, garfios, gigantes, cabezudos, templo rodante entre brujas, fandanguillos y alegría, con Obispo confesor repartiendo bendiciones, y pócima removida en gran caldero por la bruja avería…, con sátira para dar y tomar alusiva a hechos y personajes del momento. Niños y mayores de distintas nacionalidades participaban eufóricos y felices totalmente integrados en el bullicio carnavalero que en días previos también se representó en los distintos colegios.
Y el martes, día grande, manifestación popular en anarquía disparatada con premios incluidos para disfraces al libre albedrío y la animación por parte de la murga La Viña y las chirigotas del Chichón y el Culo de la Manola. Apoteosis musical con el grupo Planeta 80 que ambientó y de qué forma la Plaza de España abarrotada de personal festero. Abuelos, padres y nietos celebraron juntos esta fiesta, con fórmula sencilla como fue la de reunirse todos en la Plaza, céntrica y cercana.
Luto riguroso, solemne cortejo fúnebre en el entierro de la Sardina que despidió al Carnaval entre el fuego purificador de vicios y pecados llevados a cabo durante los impulsivos días del adiós a la carne, preludio de la inminente cuaresma. La Sardina, a ver qué culpa tendrá, pagó el pato entre el réquiem de Paquito el chocolatero.
Asique el año que viene más y mejor, con el trabajo impagable de asociaciones y peñas que hacen posible un carnaval propio, identificable, con calidad autóctona que ya no precisa de grupos de otras poblaciones para elevar el nivel. Los carnavaleros de Daimiel, ya son autosuficientes, sin menosprecio para nadie, claro.
Como decíamos al principio, que bien resulta, cuando todo sale bien, organizar seriamente un buen cachondeo colectivo. Excelente vacuna natural, reconstituyente para la salud mental después de la tortura psicológica a la que nos sometió el bicho. Mejor ánimo entre el personal y buen recuerdo el que nos deja especialmente este Carnaval 2.022. Que viva la madre superiora y la bruja del trenecillo…
Gran Carnaval.
1 comentario
Muy bien. Un comentario desenfadado, pulcro y acertado. Relato significativo de lo que es y ha sido una fiesta anárquica y con orden: nuestros carnavales. SALUD.