DIALOGOS DE BESUGOS 15 Cualquier parecido con la realidad es coincidencia

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Por Daría Loke Fuera

– Buenos días.

– Buenas tardes.

– ¿Qué se trae usted entre manos?

– No, nada. Mire, son los dedos.

– Es que lo veía un poco mustio.

– Mus tío carnal, más bien.

– Está usted en todo.

– Depende de los días.

– Ahora que se nos acaba el año.

– ¿Ya no le queda nada?

– El último se lo llevó una señora sin piernas.

– Pero, ¿anda por aquí?

– No, no tiene piernas.

– Vuelve usted a las andadas.

– Que no, que no tiene piernas.

– ¡Pobre María Luisa!

– Era de Laponia.

– La ponía bastante triste.

– Era la niña bonita.

– Está usted en lo cierto.

– Pero no acierto a saber.

– ¡A saber!

– En casa se comentó mucho.

– Es lo que tienen las casas.

– Las casas y las cosas.

– ¡Pero qué cosas dice!

– Puedo decir más.

– Es cosa suya.

– Pues mire, mire: mequetrefe, ludibrio, bonhomía…

– ¿Bonho suya?

– Y vuelven a beber…

– Pues campana sobre campana, no le digo más.

– Si no me dice más…

– No, no, no se ofenda.

– Si usted me dice ven, lo dejo todo.

– Patas arriba, incluso.

– Siento que empieza un nuevo año.

– Pues yo me siento a esperarlo.

– Buenos días.

– Buenas tardes.

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