TRANSMISION TOTAL EN EL FESTIVAL FOLK DE DAIMIEL

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Los ensayos previos al comienzo de la cuarenta y nueve edición del Festival Folk “Tablas de Daimiel” prometían no defraudar al público que se acomodaría en unas horas en cada uno de los asientos del céntrico Teatro Ayala de Daimiel. La tarde empezaba temprano con un silencio tímido y retraído mientras el escenario del Teatro se llenaba de instrumentos, luces, micrófonos rodeados de verdes hojas, altavoces y sonidos que hacían presagiar una inolvidable noche de música folk en directo.

No voy a negar que cada vez que se acerca este Festival nos trasladamos a los primeros años del mismo y que no son ni mejores ni peores, son diferentes. El Festival comenzó en los últimos años de la dictadura, se asentó en la democracia y se ha ido amoldando a los nuevos tiempos y corrientes al igual que le ha ido pasando al paraje que le da nombre a este añorado y querido festival. Las Tablas de Daimiel siempre han ido de la mano con el Festival, para la bueno y para lo malo y desde aquel año 1973 que todo comenzó, el Festival y la declaración de las Tablas como Parque Nacional, ambos han pasado por situaciones complicadas y que quizás, sea la música la que en tono de alegría, nostalgia, tristeza o cada uno el sentimiento que le transmita, sea la que transporte a cada cual al lugar que necesite.

La música es la protagonista de este evento y la noche del 16 de octubre de 2021 será recordada por muchos de los afines a este Festival tan entrañable. Puntuales a la cita, a las 20´30 horas dio comienzo la velada con la presentación a cargo de Luis Alberto Roncero, la persona que más festivales como este ha presentado y Lourdes Espinosa, que se estrenaba en el puesto. Salían al escenario el grupo local “Arrabal” que tras más de cuarenta y cinco años sin tocar juntos volvía a unirse en parte y renovarse en otra para trasladarnos en esta edición a aquellos festivales en blanco y negro donde personas de Daimiel se unían y formaban parte de grupos de este tipo de música con la única pretensión de participar en el Festival al que llegaban dúos y agrupaciones de muchos lugares atraídos por los premios y sobre todo porque apenas había festivales de esta índole por la zona.

Comenzaron con la canción de “El lavadero” que muchos de los asistentes en el patio de butacas susurraban su estribillo pegadizo para continuar cantando otras cuatro canciones más que ya se habían escuchado en anteriores Festivales. La última canción quiso ser un simpático guiño a la Asociación Folklórica Virgen de las Cruces, organizadora del Festival interpretando una jota a la Virgen de Guadalupe a la que se le añadió el baile de una pareja de dicha Asociación en la parte delantera del escenario. Previa a esta jota se escuchaban gritos desde el fondo del patio de butacas, señal del disfrute que se estaba produciendo por parte de los asistentes, que hacia volver a la memoria aquellos festivales de música Folk donde el público tenía la última palabra, poniendo en aprietos a cantantes, autoridades y organizadores pues el público formaba parte de la esencia de cada uno de los Festivales. Con gritos de “otra”, “otra”, se despedían Gracia, Jesús, Juan, Eva, Jaime y Fran que sin lugar a dudas, no olvidaran su participación en esta edición del Festival y desearan, porque no, participar en ediciones venideras.

Como buenos anfitriones, el grupo “Arrabal” pasaba el testigo al grupo invitado llegado desde Palencia, “Carrión Folk”. Todos, el público y los componentes del grupo palentino quedaron prendados los unos con los otros. Fue como cuando hay una atracción y comienza una relación de amistad, de amor, de deseo o una relación en la que uno no se cansa del otro. La voz de Lara cautivó a todos los presentes al igual que el violín de Pablo, el contrabajo de Alfonso, la guitarra de Andrés, la gaita y flautas de

Samuel, la percusión de Ángel y Alberto y la mandolinas de Pedro Pablo conformando todos ellos una perfecta banda que en este año 2021 celebra sus bodas de plata y pisan por primera vez un escenario castellano manchego con la ilusión de volver y como ellos mismos reconocían en mitad del concierto, con una acogida muy calurosa que a ellos mismos les hacía sentir contentos y felices de transmitir esas intensas sensaciones con su música recibiendo el aplauso del público presente. “Amanecer”, “La punta y el tacón”, “La bonita”, “La montañesa” y “Con un pañuelo” son algunos de los temas que se pudieron escuchar y ver junto a los paloteos que se sumaron a los más de una treintena de instrumentos y sonidos, algunos de ellos totalmente desconocidos para todos y otros tan naturales como las cucharas, conchas, almireces, tapas de cacerolas, panderos y así muchos más.

Fue la noche perfecta para apreciar la música tradicional desde una visión más joven pero fiel a la tradición interiorizando la raíz y expresando lo que sienten con la sensibilidad, frescura y calidad, que es en resumen la esencia de este Festival que en menos de un año cumplirá 50 años con más fuerza, ganas, apoyo y más música en directo que nunca para disfrute de daimieleños y personas llegadas desde cualquier punto de la geografía atraídos por la música folk que siempre ha contado historias de nuestra gente, de nuestros oficios, campos, leyendas y siendo una música valiente, reivindicativa, llana y tradicional y una música recordada, tarareada y transmisora de sentimientos que perfectamente pasan de generación en generación.

Especial homenaje, al inicio de esta edición del Festival de Música Folk Tablas de Daimiel, al Concejal de Festejos Manolo Ortega, quién al inicio de este evento, hace 49 años, fue alma mater del impulso que durante tantos años después ha llevado a la cúspide actual a este acontecimiento musical de nuestra ciudad.

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