EL ESPACIO VACIO ENTRE MIS ATOMOS

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José Pozuelo

La página en blanco asusta, pero tiene un no se qué, que me atrae, algo más… ¿Qué va a tener, hombre? ¡Está vacía! Sin embargo, al rotar todos los colores, también sale blanco.

No es un monstruo lo que aterra, son monstruos de todos los colores centrifugados con todas las maravillas. Y tú debes elegir cual invocar, y al hacer esto, renunciar a los demás… eso es lo que asusta de la página en blanco. Que es a la vez un retrato en tinta china, la novela que te desgarrará, el avión de papel que nunca tocará el suelo, el principio y el fin de cada historia, también el tuyo y el mío. Sufro un escalofrío al pensar cuanto de lo que hay entre ese principio y ese fin le pertenece ya.

Es lo que es, espacio, ………… ,pero podría ser cualquier otra cosa, eso hay que reconocérselo. Vuelve a mirarlo, en medio del ejército de letras negras y siente como no pesa, de una forma muy distinta a la nada. No es excluyente, si no inclusivo. Ese vacío abrazará la concreción de cualquiera de las potenciales palabras que quepan en él. No es un saco que luche por vaciarse, es agua que tomará la forma de cualquier recipiente como suya, por lo que no puede aferrarse, debe dejar atrás la idea de una forma propia para seguir el cauce del río. A continuación otros ejemplos de vacíos, no hay nada que temer:

*Los espacios de la celosía por los que la luz pasa, que le dan su forma tanto como los que no.

*El 99% de un átomo es vacío y ese patrón se refleja en los astros y las distancias entre ellos, pasando por todos los intermedios, una esponja, una montaña, o tu cuerpo hecho de átomos hechos de nada.

*En los márgenes del poema que no te mandé se esconde lo que nunca te dije, lo que hacía que me temblaran los labios más que esas otras palabras que compartimos por decir algo. Quizá el mejor beso fue el que nunca me diste…

*El silencio atruena con las melodías que aún nadie oyó, con las veces que en lugar de gritar, sonreíste. Con el romancero gitano de los jilgueros, ya olvidado.

Y me da la sensación de que algo tengo que ver con eso, con el olvido, con la nada, el estado natural de las cosas. Desde luego, la vida será más tiempo olvidada que recordada. Me gusta pensar que la nada que me forma es también acogedora, que soy algo más que el espacio vacío entre mis átomos. Algo más…

Entonces has entrado por la puerta y he sentido terror a que lo que veo bajo el quicio, no sea… ahora entiendo el horror vacui, ahora imploro al olvido que se olvide de nosotros. ¡Qué tonto he sido! No soy como el agua del río… imposible dejarte marchar. No sabes que ando en esto, así que has abierto la ventana como si nada y al girarte, ese algo más que buscaba entre estas patochadas me ha rozado; huele como tu vientre, se siente como un rayo y calienta como cuando en mitad de la noche, desnudos, te abrazo.

Ya dejo de escribir, no trataré de convencerte más, no hace falta. Me ha sido revelado que cuando me apague, cuando tú te apagues también y no luzca el Sol, en el vacío, ese rayo seguirá vibrando y tu calor hará temblar de miedo a la muerte. Así que cuando yo me vaya, vestid de blanco y no os esforcéis en recordarme, no al espacio vacío entre mis átomos.

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