LA PROCESIÓN (1ª PARTE)

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Uno del Pueblo

Fotos: Román Cejudo.

A falta de calles abarrotadas de personal por las circunstancias de todos conocidas, elaboramos este artículo cual procesión conjunta que evoque en nosotros “el cuadro perfecto de nuestra Semana Santa”, en expresión del Presidente de la Junta de Hermandades, nuestro admirado Fernando Gigante.

“La Borriquilla” inicia la Semana de Pasión de Cristo, con su Entrada Triunfal en Jerusalén entre palmas y ramas de olivos, con samaritanas portando ánforas, niños y niñas de las diferentes cofradías daimieleñas vistiendo túnicas y ornamentos de las respectivas Hermandades. Domingo de Ramos triunfal en Daimiel.

El Cristo de la Luz, titular de la Archicofradía de la Pasión, desfila desde “El Cristo” por las calles de nuestra ciudad arrastrando cadenas sus cofrades, ceñidas en tobillos de pies descalzos, simbolizando vicisitudes adversas cual yugo que oprime y pesa en el silencio sobrecogedor de “pasionistas” que acarrean su dolor en busca de Luz liberadora. Vía Crucis del Martes Santo en nuestra ciudad.

La Real e Ilustre Hermandad Sacramental del Santísimo Cristo del Consuelo, datada en 1785, recorre con el hachón de cera encendido el centro de Daimiel. La talla del Crucificado, del insigne escultor Antonio Castillo Lastrucci, es acompañada por trío de música de capilla, con solemnidad sublime en la estrechez de la calle Mínimas, con cercanía y amparo de la Virgen de las Cruces en el azulejo de la Plaza donde la Escolanía “Divina Pastora” entona cantos al paso del Santísimo Cristo del Consuelo, con regreso a su Parroquia entre el recogimiento, silencio y respeto de cofrades y público en el Miércoles Santo daimieleño.

La Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo de la Columna y Nuestra Señora de la Amargura y la Banda Municipal de Música de Daimiel acompañan con sus sones a la Cofradía del Santísimo Cristo de la Columna y Nuestra Señora de la Amargura, con noticias desde 1575. Suena “Flagelación” a la salida del Flagelado y tiemblan los sentidos, entre el corazón de terciopelo “colorao” de la indumentaria de túnica y capillo de color “colorao”, con cíngulo blanco, rosario y calabaza prendidos en cintura a la altura del hachón encendido. “Santa Cena”, “Oración en el Huerto”, “Jesús Cautivo”, y “Nuestra Señora de la Amargura”, talla del imaginero Castillo Lastrucci, escoltan al Cristo de la Columna, titular de la Hermandad. Es Jueves Santo.

Con el primer rayo de luz, irrumpe en la Plaza de la Paz Jesús Nazareno, suena “El Niño Perdido” y fluyen lágrimas de sentimiento profundo y recuerdos perennes en los albores de la “madrugá”. Daimiel se vuelca ante su “jefe” religioso en momento único e irrepetible hasta un año después. La Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno inicia su mastodóntico desfile en el recorrido más amplio de las procesiones de Daimiel. El “Niño Jesús”, imagen policromada del siglo XVII, “Coronación de Espinas”, “Jesús ante Pilatos”, “Jesús y el Cirineo”, “Jesús y las mujeres” y “La Verónica”, preceden la llegada de “Jesús Nazareno”, el titular con túnica morada sobre imponente trono, acompañado en el  recorrido por la “Virgen del Primer Dolor”. Marchas procesionales por todos reconocidas suenan interpretadas por las diversas bandas contratadas para este magno evento de la Semana Santa de Daimiel, con cientos de nazarenos “moraos” al paso de la comitiva, más los miles de daimieleños apostados a lo largo del amplio recorrido. Momentos álgidos en el Viernes Santo de nuestro pueblo.

Continuará…

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