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Valentín Vicente Sánchez Rojas
Párroco y Delegado de Cáritas Interparroquial de Daimiel
Para muchas personas y medios de comunicación, Cáritas es una ONG. Y no se equivocan, pues Cáritas es una ONG con rango nacional e internacional y goza de los derechos y deberes que las leyes reconocen a todas las ONGs..
Pero esto, es solo una verdad a medias: Cáritas nació mucho antes que cualquier otra ONG. En España comenzó a andar en 1942. Eran años de posguerra, hambre, mendicidad, chabolismo,.. Y antes de que naciera Cáritas como institución, ya la Iglesia, desde su nacimiento, venía poniendo en práctica la cáritas (en latín significa caridad). Por tanto, nos encontramos con casi 80 años de Cáritas como institución, pero a la vez, con más de 2000 años de práctica de la caridad.
Los primeros seguidores de Jesús, además de reunirse para escuchar la Palabra de Dios y de celebrar la Eucaristía, ponían todo en común para que a nadie le faltara nada de lo necesario para vivir dignamente. Por tanto, Cáritas es mucho más que una ONG. Es la expresión organizada del amor del Pueblo de Dios a los más empobrecidos. Cáritas es el “organismo oficial” de la Iglesia que expresa el amor preferencial de Dios por los pobres. Y si os fijáis bien observaréis que el logotipo de Cáritas son cuatro corazones que abarcan el mundo y que trazan una cruz en su interior.

Cáritas es de la Iglesia. La caridad hunde sus raíces en el corazón de la Iglesia, por tanto, la caridad no se puede concebir desvinculada de cada parroquia. Existe Cáritas porque hay detrás una comunidad cristiana que ora y comparte sus bienes con los más necesitados de todo. La razón profunda de la existencia de Cáritas la encontramos en el mandamiento nuevo que nos dio Jesús: “amaos los unos a los otros como yo os he amado” (Jn 3, 34). Por eso, la Iglesia está abocada al servicio de los hermanos más pobres.
Toda persona cristiana, toda familia, todo negocio o empresa de la localidad, todo grupo de Daimiel o asociación,.. aunque no forme parte del equipo de Cáritas, está llamada a servir a los demás, especialmente a los más desprotegidos. Debe sentir que Cáritas es algo suyo. Y debe saber que sin nuestro esfuerzo y el de la comunidad Cáritas no existiría, que Cáritas es de la comunidad y que como cristiano o cristiana formas parte de esa comunidad parroquial.
En Daimiel, allá por los años 70-80, un grupo de cristianos, el sacerdote D. Rafael Gallego y algunos seglares, tuvieron la genial idea de unir las dos cáritas parroquiales de Santa María y San Pedro en una sola, pasando a llamarse ya desde entonces Cáritas Interparroquial de Daimiel. Desde entonces así se viene trabajando sin distinguir ni diferenciar si este voluntario o esta familia necesitada es de aquí o de allí. Todos somos hijos de Dios y todos estamos para el servicio a los demás.
Hay gente que piensa que Cáritas es un grupo de personas altruistas o una asociación de libre inscripción compuesta por personas de buen corazón.. Hay que salir de este error. Es verdad que el cristiano, al estar implicado en el mandamiento del amor, debe tomar conciencia de que está llamado a sentirse y ser de Cáritas. Pero no todos tenemos que estar en Cáritas, ni todos tenemos que ejercer los mismos ministerios de la Iglesia. Es la comunidad eclesial la que delega en unos pocos el ejercicio de la acción socio-caritativa. Incluso, como sacerdote veo un error en Daimiel cuando grupos o Hermandades hacen sus “caridades” particulares aparte de Cáritas. Otras, acertadamente, consultan con Cáritas Interparroquial antes de llevar a cabo esta o aquella actividad.

Por experiencia sabemos que recoger alimentos es fácil. Pero las ayudas no siempre son acertadas y corremos el riesgo de ayudar a quien no lo necesita y de hacerlo de una manera desproporcionada o para tranquilizar nuestra conciencia. Creo que detrás de cada situación de pobreza hay otras pobrezas que también hay que saber descubrir, dialogar y trabajar con la persona empobrecida y eso no se hace en un momento puntual. La labor de Cáritas hoy es ayudar y saber acompañar a la persona o familia necesitada. Y los voluntarios y voluntarias de Cáritas antes de ejercer su labor caritativa han realizado unos cursos de formación de manera que hagamos las cosas con la mayor dignidad y efectividad posible.
Actualmente, en Cáritas Interparroquial de Daimiel, contamos con una veintena de voluntarios y voluntarias distribuidos en distintos programas de actuación. Y como en todas las Cáritas existe un Equipo Directivo formado por la Directora Dª Anastasia Pozuelo Rincón, yo como Delegado y otros dos voluntarios. Es en este equipo donde se toman las decisiones generales de la institución.
Para mucha gente, Cáritas está relacionada con “dar ropa y alimentos” y aunque estas dos tareas permanecen, la labor de Cáritas es mucho más extensa. Cáritas, para llevar a término su misión, desarrolla una serie de tareas fundamentales a través de las cuales anuncia que es posible la transformación de las personas y de las estructuras, denunciando las situaciones injustas que se dan.
De las tareas que Cáritas lleva entre manos, hay tres que quiero destacar. La primera, es sensibilizar y animar a la comunidad cristiana. Es tal vez la que más difícil resulta. Es más fácil echarte mano al bolsillo y sacar unas monedas que cambiar tu corazón. Cáritas nos recuerda a todos que la práctica de la caridad forma parte de nuestra fe, que los pobres son nuestros y que, ante la pobreza de mucha gente, hay que buscar soluciones que liberen a la persona para que pueda vivir con más dignidad. Puede que algunas soluciones que buscamos ante una situación de pobreza no sea la más adecuada y acertada, pues en vez de liberar crea cierta dependencia. Y esto, no es lo más humano ni cristiano.

Otra tarea de Cáritas es la asistencia a las personas o familias cuya vida está en riesgo. Esta ayuda se realiza después de conocer las verdaderas necesidades y posibilidades que encierran dichas personas que solicitan ayuda a Cáritas. Además de lo más básico, como son los alimentos y ropa, desde Cáritas, con ciertas personas, se organizan unos talleres para que los excluidos pasen a ser agentes activos de su propio desarrollo. A través de unos programas se les oferta una formación y capacitación y así conseguir su integración social.
Y por último, Cáritas desde su mismo nacimiento insiste en la comunicación cristiana de bienes. Desear y tratar de buscar un reparto más justo de los bienes de la tierra. Cáritas nos recuerda a toda la parroquia de que pertenece a una Iglesia que ha de ser pobre y al servicio de los pobres. Por eso, Cáritas invita a todo grupo o asociación local que se comparta la cultura, la salud, el tiempo, el territorio, los espacios de la vida, los valores y los sentimientos,.. todo aquello que conforma la vida del ser humano. De este modo, uno no se guarda la vida para sí mismo, sino que la ofrece para que los demás tengan vida y una vida mejor.
Cáritas es portadora de Buena Noticia, porque con su testimonio está haciendo visible el amor creador y salvador de Dios en medio de los más pobres. Cáritas, reconociendo la dignidad del pobre, hace patente que todos los seres humanos somos hijos e hijas de Dios, que estamos salvados por la encarnación del Hijo y también los no creyentes poseen el sello de Dios. Así, Cáritas con su trabajo diario, es imagen de la ternura de Dios que nos convoca a la fraternidad universal.

Cáritas se dirige al pobre en sentido amplio. Es decir, aún en el supuesto de una sociedad justa en la que no hubiera pobres.. Cáritas no dejaría de existir, pues como dice Benedicto XVI, siempre sería necesario el ejercicio de la caridad. El ser humano tiene y seguirá teniendo necesidad de amor. Siempre será necesario “curar dolencias” y “expulsar demonios” que oprimen y esclavizan la vida de los hombres y mujeres de todos los tiempos.