UNA GRAN JOYA MUSICAL EN LA PARROQUIA DE SANTA MARIA

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Uno del pueblo

Mil doscientos tubos componen el órgano francés del siglo XIX instalado recientemente en la Iglesia de Santa María. Veinte registros son los que se integran en esta joya de instrumento que admite interpretar cualquier estilo musical, siendo más de mil kilómetros los que ha recorrido este órgano hasta alojarse en Daimiel.

Tras laboriosa gestión durante dos años de intensos contactos, por parte del vicario parroquial de Santa María Luis Eduardo Molina, desde el apoyo y confianza del párroco, Valentín Sánchez y el visto bueno del Consejo Parroquial, se ha conseguido proveer al histórico templo de una joya de instrumento musical que sin duda irá más allá de aportar aroma a la liturgia, sino que añadirá un peldaño más a la cultura musical de un pueblo acostumbrado a disfrutar y deleitarse con la buena música. Nuevos ciclos y conciertos a buen seguro irán tomando forma en torno al órgano Stoltz , de París y armado en torno al año 1865.

Aunque tal vez pudiera no ser el mejor de los momentos para afrontar este deseo, la oportunidad se presentó ahora, con el refrendo ilusionante y compartido por muchos daimieleños, animados con sueños de esperanza en torno a este proyecto en tiempos de pandemia. Trabajo minucioso y programado con precisión, desde andamios hasta material especial para embalajes delicados, realizado por operarios franceses más los de la comitiva diamieleña, todo ello al mando del organero sevillano Abraham Martínez, minucioso y perfeccionista, con veteranía en esta labor como experto en restauración, traslados y montaje de este tipo de instrumentos, organista además dotado de singular sensibilidad para estos menesteres tan especiales por su delicadeza y relevancia. El artesano de Sevilla aprobó el buen estado de esta alhaja francesa, instalada ya en nuestra ciudad. Serán numerosos los conciertos que se celebrarán en la Iglesia de Santa María en torno al órgano de Le Vesinet su primer asentamiento, en las cercanías de Paris, con posterior destino en Chabournay, y postrer recalada en Daimiel.

El órgano de tubos ya se puede contemplar y admirar en la parroquia de Santa María, consola de teclado incrustada en fachada barroca de roble, pino y haya en su interior. El carpintero daimielño Manuel Sánchez de la Nieta se hizo cargo del desmontaje y posterior montaje en nuestra población, con la intervención en menesteres musicales del musicólogo daimieleño Sergio Martín, siendo la empresa OT El Pozuelo la encargada del traslado desde territorio francés hasta la parroquia local. Policía Municipal y Ayuntamiento colaboraron en labores propias de apoyo al buen fin de proyecto, con recursos tanto humanos como materiales. No faltaron en la “plaza de la farola” voluntarios colaboradores, siempre al mando del maestro organero Abraham Martínez.

Ayudas y financiación es el objetivo una vez instalado el Stoltz en el coro de la Iglesia. Hemos de conseguir, entre todos, aportaciones de particulares y empresas, con sugerencias tales como el “apadrinamientode cada tubo de tan preciada joya, logrando que “el órgano de tubos sea de todos los de Daimiel”.

“Chuchos” y “Borregos” se pueden sentir orgullosos de este nuevo monumento patrimonial. La música de un órgano de tubos, no se disfruta ni está al alcance de quienes no posean pasión musical, tan extendida en nuestro pueblo de modo histórico y tradicional. El órgano del siglo XIX de la casa parisina Stoltz, un orgullo para Daimiel.

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