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Como estamos en temporada de caza, aprovechamos la sugerencia de nuestro chef de cabecera y les mostramos un exquisito plato de carne, en otros tiempos sólo al alcance de los más potentados: caldereta de ciervo. Los cazadores bien que disfrutan en sus días de escopetas las delicias y bondades de la carne de este animal, ya que con cierta frecuencia cocinan en el propio campo guisos con sabores y texturas diferentes a los más habituales. Eduardo Lara, nos instruye gráfica y textualmente sobre el modo de elaborar una apetitosa caldereta de ciervo. Y si es de caza, mejor.

Para un grupo de ocho personas, y con un kilo más o menos de carne de ciervo, necesitamos los siguientes ingredientes:

Cuatro cebollas, otros tantos dientes de ajo, laurel, un litro de vino tinto, almendras, pimiento rojo seco, buen aceite de oliva, orégano, tomillo y sal, con patatas para acompañar.

Elaboración:
La carne de ciervo, troceada en dados y sin grasa, se coloca en un caldero o recipiente hondo, se añade sal con moderación, macerándose con el vino 5 horas más o menos, se hace el sofrito de las cebollas cortadas con los ajos enteros y se agrega el tomillo. Cuando veamos que el sofrito coge color, echamos la carne sacada del vino. Se majan las almendras, un par de ajos, los pimientos secos, orégano y laurel y se añade al caldero impregnando la carne con el vino de la maceración, dejando cocer unos 20 minutos el guiso resultante, cubriéndolo, pasado ese tiempo, con agua. Salar con moderación y que cueza a su amor un par de horas, sin prisa. Las patatas, en trozos hermosos, primero cocidas, y después fritas, como guarnición.
Resulta después de esta práctica, una caldera de ciervo, que quita el hipo, espectacular para todos los sentidos de toma pan y moja, después de saborear, degustar y adicionarte a este tipo de carne. Y no digamos al día siguiente, sin inconveniente, como está lo que haya sobrado. Prueben a elaborar este plato, y ya verán qué descubrimiento. Palabra.
