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Nuestra ciudad luce bonita, más y mejor. El encendido navideño decora las calles de Daimiel. Balcones y fachadas, con estilo, ingenio, candor y sinceridad, desde la belleza de la sencillez, se adornan con evocaciones pascuales que incitan a vivir la vida desde una perspectiva optimista y entrañable.

Poco a poco el Consistorio va dando muestras de cierta mejoría económica, se va viendo la luz desde la mitad del túnel, aunque sea a través del simbolismo reluciente de la Navidad, buena época para transmitir ilusión y optimismo. Y es que cuando se hace la luz, todo lo vemos más claro, la luminosidad nos libera mentalmente de esa galería oscura en que a veces se convierte la vida, incluso con recovecos tenebrosos de difícil superación. Pero todo llega y la Navidad sirve para rearmar el ánimo.

El Belén de la Plaza de España, el “abeto” iluminado, el árbol navideño – en San Pedro – elaborado por grupos de discapacitados, los motivos encendidos que cuelgan por las calles céntricas de Daimiel, animan a salir y convivir con los paisanos. Se vive más en las calles, en las tiendas, supermercados, bares, tabernas – que nuestro pueblo aún las conserva, con olores y sabores auténticos – en fin, alegría y embrujo navideño, en los mentideros se respira Navidad, incluyendo visita a iglesias, conventos y parroquias del lugar.

Corales, Banda de Música, Bassement Band con swing incluido, musicales en el Teatro Ayala, jolgorios y jaranas de las amas de casa, bullicios y parranda de los centros y residencias de mayores, Belén Viviente con San José tras el icónico Pablo, carpintero él, actividades culturales y deportivas con la tradicional maratón “ el memorial Galo”, actividades infantiles con receptiva participación, papás incluidos, certamen de belenes, Navidad sin cole, migas solidarias, herrador de caballos, los tallos con chocolate y dulces de navidad, castañas asadas, comidas con amigos o de empresa, algún atracón, que una vez al año tampoco pasa ná, lotería… envuelto lo referido entre la banda sonora de villancicos y zambombas que amenizan ambientes propiciados desde la familia y la amistad. Y con gigantesco teclado de piano sobre alfombra verde con cercado de madera, en plena Plaza de España, para mayores y pequeñitos, música y vida en el centro de la villa. Misa del Gallo, uvas de la suerte, champán, cotillones, mantecados, polvorones sin que se te pegue al cielo la boca y amor, mucho amor… que después ya vendrán los lodos.

Y todo esto, sin salir de Daimiel. A veces no acertamos a ver lo que nuestra ciudad nos ofrece, tal vez obcecados por la monotonía del día a día sin que nunca pase nada. Pero, precisamente, como hogaño Daimiel luce más y mejor, lo aconsejable es que sepamos descubrir y disfrutar con los cinco sentidos lo que tenemos ante nuestras narices. Navidad para todas las edades, ambiente que invita a vivir, alumbrado multicolor que luce más y mejor, sobre todo si se contemple desde los ojos de la ilusión.

Se vive intensamente la Navidad en Daimiel…
