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Uno de los personajes protagonista de los actos que todos los años organiza la Peña Taurina Daimieleña por estas fechas, es el coleccionista Ángel Sonseca Rojas, propietario de la “colección privada más importante de España” compuesta por carteles taurinos de distintos siglos en la historia de nuestra nación. Una selecta muestra de los más de 15.000 carteles propiedad de este altruista aficionado, se expone en la Casa de Cultura, con el criterio del propio coleccionista.

“El cartel taurino como documento histórico”, es el título genérico de la muestra, pudiéndose contemplar carteles que datan de 1833, bajo el reinado de Fernando VII o de 1939 en la II República. Es digna de atención esta exposición, para aficionados a los toros o interesados en la historia de España. Observando con atención y tiempo cada cartel, se descubren interesantes y curiosos momentos de la tauromaquia y su conexión popular a lo largo de nuestra historia.

Una exposición de estas características no es fácil que vuelva a repetirse en Daimiel en muchos años. Hay que valorar la obtención y el mantenimiento de estos carteles – murales, enmarcados y acristalados con escrúpulo para soportar los distintos eventos donde son expuestos, con sus correspondientes traslados, en vehículos preparados con medidas de protección adecuadas para la seguridad de tan gigantescos murales.

Buen trato y mimo por parte del coleccionista y sus colaboradores, incluidos los miembros de la Peña Taurina de Daimiel, con esmero en la limpieza que garantizan la óptima visibilidad de los carteles de la muestra, algunos pintados sobre seda. Pintores de la talla de Roberto Domingo o Ruano Llopis, maestros de posteriores generaciones de artistas conocidos en la pintura taurina, firma algunos de los cuadros expuestos estampados en su día por antiguas imprentas, lo que añade aún más mérito e importancia al evento.

Hay que revalorizar esta exposición por su admirable calidad, otorgando máximo reconocimiento al mantenedor y propietario de esta incomparable muestra, inédita en Daimiel.

Más allá del ruedo, la espectacularidad y belleza plástica de la tauromaquia, queda una vez más reflejada, justificándose el término utilizado por aficionados e intelectuales de “Arte de Cúchares”. Exposición de gran valor histórico, primoroso valor artístitco.