17,031 visitas, 1 visitas hoy
Uno del pueblo. Fotografías: Juan Moya

Gran paso adelante del novillero de Daimiel. Su presentación en la primera plaza de toros del mundo, no fue desaprovechada, más bien al contrario, la oreja cortada a ley le puede cambiar el futuro en esta dura profesión. Esfuerzo, empeño, trabajo, campo, entrenamiento, dedicación física y mental, han conseguido hacer realidad el sueño de nuestro paisano, debutar en Las Ventas del Espíritu Santo y cortar un apéndice que la plaza solicitó mayoritariamente, con pañuelos que exigieron el reconocimiento a un novillero, nuestro paisano Carlos Aranda.

Buena actuación asimismo de sus compañeros de terna, Javier Montalvo y Carlos Olsina.

6.128 personas asistimos a la novillada del 11 de Agosto. Un cuarto de plaza, con seguimiento de buen número de aficionados de Daimiel y provincia, que quisieran arropar presencialmente la ocasión inolvidable para el novillero. Buen debut.

Saludó desde el tercio en una faena meritoria ante su primero, un manso de libro y con la dificultad añadida del viento que molestó durante la tarde. Con anterioridad, lució en chicuelinas en el quite correspondiente al primero de la tarde. 519 Kg de novillo bien cuajado y amplia arboladura, tendiendo a toriles en cante jondo gallinero y defendiéndose. Lidia desordenada y aprietos para los banderilleros que tomaron olivo repetidas veces. Faena notable de Aranda ante un “cuasi” toro.

Buenas tandas, con seriedad y algún que otro adorno oportuno, creando buen toreo y con actitud firme y segura, cual novillero veterano y placeado. Ligó bien, tanto en derechazos como en naturales. Fea estocada que acabó con el complicado cornúpeta. Aplausos y saludos desde el tercio. Buenas sensaciones en su primer astado en el coso de Madrid.

“El tío Canillitas” sonó en honor al de Daimiel al término de su buena faena al quinto de la tarde, al que cortó una oreja de ley pedida al unísono por la afición venteña. Fue la plaza quien solicitó el apéndice, tras la certera media estocada en lo alto que recetó el daimieleño, preparando además muy bien la suerte. Oreja bien ganada. Colorao y ojo de perdiz, de gran cornamenta, que sirvió para el triunfo de Aranda, con oficio y ganas. 515 Kg. De “novillo” de Las Ventas ante el que se lució el novillero, con tandas estimables al natural. Buena impresión en Madrid. Aranda a buen seguro disfrutará de más contratos tras su paso por el ruedo más importante para toreros y quienes aspiran a ser alguien en esto. Unos tardan menos, otros tardan más, pero lo importante es llegar. Sin prisas y, a ser posible, sin pausa. Golpe a golpe, verso a verso. Carlos Aranda marcó fecha en su carrera.
