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José David G.C.
Las pasadas elecciones municipales, dejaron un claro ganador en Daimiel. El Partido Popular revalidó la mayoría absoluta ,aumentando el número de concejales con respecto a la legislatura anterior en uno más y eso que a priori se enfrentaba a un escenario más complicado. Por un lado, el número de partidos que se presentaban a los comicios eran 6; de ellos, tres se presentaban por primera vez, siendo Ciudadanos y Vox quienes amenazaban con pescar del caladero de votos del PP, como se comprobó en las elecciones generales de un mes anterior, sumando entre los dos cerca de 3300 votos. Por otro lado los vientos no eran favorables para la marca PP, en las generales cosechaban uno de los peores resultados y en Daimiel no era para menos, teniendo un resultado de cerca de 2400 votos.
Ante ese panorama el PP de Daimiel afrontaba las municipales. Leopoldo, el alcalde de la deuda heredada, había dado el paso para seguir encabezando la candidatura y aunque nadie discutía la idoneidad de su liderazgo, sí que a título personal algunas personas ,entre ellas yo, podíamos llegar a pensar que a lo mejor había llegado el momento de que diera un paso a un lado y diera el relevo a Jesús David, aspirante sobradamente preparado.

Seguramente ante esta perspectiva en caso de no revalidar la mayoría, sería como cuestionar su gestión realizada en sus ocho años de alcaldía y podrían lloverle palos como vulgarmente se dice. Imagino que convencido de su gestión y trabajo lo decidió así.
Podría asegurar que muy pocos en Daimiel, una vez terminado el recuento electoral, hubiera acertado el resultado y no lo digo porque no diéramos por ganador al PP antes de las elecciones , sino porque pensar que aumentaría su mayoría absoluta significaba que muchos ciudadanos serían capaz a votar al mismo tiempo al PP en las municipales y a otro partido en las regionales y europeas.
Y como ya sabemos, Leo revalidó la alcaldía en un escenario sumamente desfavorable para él, legitimando su decisión de seguir. No sabemos qué hubiera pasado en caso de no encabezar la candidatura, pero lo que sí sabemos es que los daimieleños hemos sabido diferenciar entre Leo y el PP, entre una gestión conservadora pero eficaz, frente a proyectos nuevos de otros partidos que no han sabido muy bien explicar cómo llevarlos a cabo.
Decía un buen político ya fallecido, que para echar a un alcalde honrado y cercano se necesita un buen candidato con varios años ejerciendo de oposición y una buena dosis de paciencia. Comparto plenamente esa reflexión.
