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El actual Presidente de la Plaza de Toros de Daimiel, ejerce el cargo desde hace catorce años, siendo elegido por dos Alcaldes de distintos signos, lo cual revela la confianza depositada en Plácido Sánchez-Camacho González-Tejero, Arquitecto Técnico Municipal de nuestro ayuntamiento. Es aficionado a los toros desde temprana edad, desde niño, asimilando el ambiente familiar taurino.
– ¿Cómo surgió tu nombramiento como Presidente de la Plaza de Toros?
Pues era el año 2005 y mi antecesor, Julián Sánchez-Valdepeñas Pozo, llevaba desde el año 1995 de Presidente, y manifestó que ya iban muchos años y que quería un relevo, así que como por aquellos entonces era mi Concejal, me lo propusieron como sabía que era aficionado, y en contra de la opinión de mis amigos y familia, “eché la pata palante”. Sí me gustaría recordar, que por Ley, la presidencia de los festejos taurinos en plazas como la de Daimiel, le corresponde al Alcalde, y éste a su vez, puede delegar en un Concejal o aficionado. Por lo tanto, soy Presidente, además de por mi voluntad, por la confianza depositada en mí, primero por José Díaz del Campo y después y hasta hoy de Leopoldo Sierra, ambos Alcaldes de Daimiel.
– Ya comprendes la sicología del torero en el previo a la corrida…?
Bueno, se puede comprender algo, pero nunca se puede igualar, su situación es muy distinta a la mía. Ellos salen a jugarse la vida. Yo, aunque mi papel es más difícil y complejo de lo que pueda parecer, no. Son momentos de tensión, de silencios, de miradas, de pensamientos, de emociones, de sueños….
También quiero aprovechar, que mucho se ha oído sobre esto. Yo no recibo ninguna compensación económica, aunque pueda parecer extraño, pero la afición puede con todo.
– Se nota el miedo, la inquietud, la responsabilidad en el portón de cuadrillas?
Pues sí, como te comentaba antes, cuando llegan los toreros se encuentran con la gente que los quieren saludar, intentan corresponder, pero ellos buscan aislarse, concentrarse y hay gustos para todos. Algunos se quedan en la capilla que hay menos gente hasta prácticamente el paseíllo, otros se encargan los subalternos de apartarlos a una zona tranquila, otros se fuman el ultimo “pitillo”,….
– Qué torero te ha impactado más en esos momentos…?
Pues curiosamente Padilla, en el año 2011, que me dirigí hacia él, como director de lidia, para consultar la forma de hacer el paseíllo ya que actuaba Carlos Aranda de becerrista, y su peón de confianza, Miguel Peña “Miguelete”, me echó el alto, poniéndose en medio, diciendo que el matador no hablaba los últimos minutos antes de hacer el paseíllo. Cierto es que enseguida se acerco Juan José y resolvimos la cuestión.
– Las mejores faenas en tus catorce años en el Palco…?
Faenas recuerdo muchas y muy buenas, cierto es que en estos catorce años no ha habido esa faena rotunda desde la salida del toro hasta la espada, por eso nunca he concedido un rabo, jejeje. Pero volviendo a las faenas, recuerdo la de Luis Miguel en el año 2006 a un toro colorao de 6 años que le cortó las 2 orejas, y al año siguiente a un Victorino le formo un lio. Recuerdo las dos obras de arte que dejó Ponce a un toro del Puerto de San Lorenzo y otro de El Cotillo, de esas que le puede al toro y lo termina metiendo en el canasto. Como no, a Curro Díaz, y este año a Emilio de Justo.
– El momento más complicado-tenso por lo acontecido en el ruedo…?
No recuerdo ninguno extremo, si ocurrió en el 2008, en el sexto de la tarde, una gran pitada por unas 4.000 o 5.000 personas que asistían a la corrida formada por Fandi, Perera, y Cayetano, al no concederle la segunda oreja del sexto, esa fue gorda… (-sonríe-). Recuerdo a mi hermana llorando la pobre. Recuerdo también una pitada importante por supuesta inutilidad del toro, que consultado el Asesor Veterinario, ya un gran amigo, Antonio Sáez, me manifestó ser algún calambre y mantuvimos en el ruedo. Luis Miguel le cortó las dos orejas.
– Sensaciones especiales en la época de Luis Miguel Vázquez…?
Puffff, Luis Miguel, me tocas la fibra sensible, alguna lágrima ha caído sentado en el Palco cuando ha cuajado sus toros. Luis Miguel es un torero como pocos, por desgracia, no lo han visto en muchos sitios, ni le ha acompañado la suerte en los momentos claves, pero arte, gusto, pellizco y valor, como pocos. Es un torero muy de verdad, de los que no saben engañar al público. Él tiene su personalidad, como todos tenemos la nuestra, y hay gente que no lo comprende, hay toreros que son más dicharacheros y “se venden” mejor. Luis Miguel donde mejor habla es en el ruedo con capote y muleta. Espero volverlo a ver torear, sería muy bonito.
Voy a contar una anécdota, que en estos 14 años dan para escribir un libro, para ver la persona que es Luis Miguel. En el año 2009 nació Jimena, mi primera hija, y tuvo el bonito detalle de brindarme un toro en la feria por el nacimiento. Lógicamente, yo estaba de Presidente y la gente no escuchó el brindis y no lo vio “políticamente correcto”, y nos pitaron además de alguna palabra más, pero Luis Miguel no entró en esos menesteres, su corazón le dictó hacerlo y lo hizo sin más, sin pensar, tal y como es.
– Y actualmente con el novillero Carlos Aranda…?
Pues muy parecido, a Carlos lo conocí con 10 años en el patio de la peña y desde entonces le fuimos echando una mano hasta hace unos tres años, en todo lo que humildemente estuvo en mis manos.
– Cómo ves tú la evolución de la Plaza de Daimiel?
Por un lado el público que asiste ha ganado en respecto y conocimiento, no mas lejos de este año se ha podido comprobar el silencio que ha reinado en la Plaza de Toros, la plaza ha ganado mucho en seriedad. Sin embargo se echa de menos más juventud en los tendidos, las peñas que cuando nosotros éramos jóvenes asistíamos y llenábamos de colorido y alegría los tendidos, eso era una buena cuna de aficionados futuros, o como diría mi amigo Paco Córdoba, un buen banderín de enganche.
– Te sientes juzgado arriba en el Palco…?
Juzgado como tal no, pero lógicamente cuando una persona expone su criterio públicamente, como es este caso, evidentemente todo el mundo no piensa igual y puede tener una opinión distinta. Es peor, algunas veces, los insultos de la gente, sin razón ninguna. La verdad que no me molestan mucho, la gente aprovecha ir a los toros como al fútbol, a expulsar la adrenalina que lleva dentro, pero mis amigos y la gente que me quiere lo pasa mal escuchando “borriquerías”. Estaría bien que algunos y algunas tomaran la responsabilidad algún año para poder hablar, pero no pasa nada, estoy acostumbrado.
Este año, al día siguiente, la madre de mi amiga María me dice: “Placi que bien han estado los toros…., pero no seas más presidente, ¿para qué?, y dándole vueltas a lo mismo”. Yo ya sabía lo que pasaba. Cuando vi a mi amiga, le pregunté: “Qué María, ¿me han puesto “verde” al lado vuestro?” dice: “sí”. Jejeje. “Me lo imaginaba por lo que me decía tu madre la pobre, que lo ha pasado mal, y sin embargo no era capaz ni siquiera de decírmelo a mí directamente”.
– Tu función antes, durante y después del festejo…
Pues la verdad es que mi función es muy desconocida por el público en general, la gente piensa que es subirse al Palco y sacar los pañuelos y punto, pero no es así. Antes del festejo, hay muchas cosas que revisar y asegurarme que se cumplen, desde que llegan los toros y se bajan, comprobar documentación que este conforme a la ley, reconocimientos veterinarios, estado del ruedo, caballos de picar, puyas, etc. Justo antes de empezar el festejo, que el equipo médico esté completo y todo en regla, que en ese tema hay mucho que revisar. Durante el festejo pues hacer cumplir el reglamento en todo momento, este año por ejemplo, se habían olvidado de cerrar una puerta del patio de cuadrillas en el cuarto toro y si salta un toro al callejón…., hay que ser escrupuloso e intentar llevar todo lo mejor posible. Este año pasó algo curioso, llamé al Delegado Gubernativo durante la lidia del tercer toro, para que consultase al Director de Lidia, Juan Jose Padilla, si quería que se regase el ruedo; manifestó que no, sin embargo Emilio de Justo si quiso que se regara, y es que era necesario, quizá Padilla tenía prisa porque pasase su toro……
Después del festejo hay que completar numerosas actas junto a veterinarios y Delegado Gubernativo, y llegado el caso como ocurrió en el año 2010, ordenar el envío de las astas al laboratorio si hay sospechas sobre posible manipulación.
La verdad es que considero que en Daimiel hay un equipo presidencial muy bueno y trabajamos como eso, como un equipo, desde los veterinarios, capitaneados por Antonio Sáez que ya lleva muchos años en Daimiel, acompañado distintos años por Gregorio, Isabel, Mercedes, María José, Mari Carmen, Juan Antonio,…, hasta el Delegado Gubernativo, antes ejerciendo las funciones Francisco Felipe y ahora el Subteniente D. Emilio Camacho.
– Después del gran éxito de esta temporada, qué esperas en las próximas?
Pues mucho más. Las obras de arte que se han producido este año en el albero de Daimiel son efímeras, quedaron allí, aunque estén siempre en la memoria de todos los que asistimos al festejo. Así que para el próximo año espero, en primer lugar, un toro serio, un toro que cause respeto y de seriedad al espectáculo, como este año, tres toreros dispuestos, y un público en mayor número aún que este año, entregado a pasar una gran tarde de toros.
Plácido Sánchez-Camacho, “Placi”, como es conocido en Daimiel, presente y futuro del Palco de nuestra gloriosa Plaza de Toros.