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Intoreable en su conjunto, novillada del hierro portugués Couto de Fornilhos y Santa Teresa, en la feria de novilleros “Coso de Parentis”. Había expectación como siempre en esa zona de Francia, donde los aficionados rinden culto al toro. Los novillos del hierro luso sacaron lo peor de sí mismos, llegando a sembrar el pánico en el ruedo, haciendo “volar” por los aires a monosabios, picadores y todo lo que se movía. Fueron escasas las posibilidades para los novilleros, si acaso el primer ejemplar ofreció algo de nobleza.
El de Daimiel anduvo firme ante su primero, de difícil condición. Un par de tandas fue lo más logrado por el manchego ante el difícil burel. En su segundo, Carlos Aranda estuvo más que digno ante las descompuestas embestidas del animal, con algunos notables naturales pero sin tomar vuelo la faena ante las nulas opciones del novillo, que hizo estremecer a todos los profesionales actuantes que tuvieron que sacar a relucir todas sus habilidades frente a los “angelitos” del hierro portugués, en tarde “inolvidable” ante la intoreable novillada.
Tarde de notable aprendizaje para el daimieleño ante sus próximos compromisos que culminará en la feria de Daimiel, alternando en el festejo con Padilla y Castella. Casi ná.