Perseidas

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Las Perseidas

Todos los años, en torno al 13 de agosto —del 10 al 16—, las lágrimas de San Lorenzo caen desde el cielo.

Origen

La mayoría de las estrellas fugaces o meteoros tienen su origen en algún tipo de actividad cometaria. Los cometas se pueden definir como una bola de nieve sucia (Fred Hoyle, 1949), y con órbitas muy excéntricas, esto es, muy alargadas.
Conforme se acercan al Sol, los hielos —de agua, CO2 (hielo seco), metano y otros— comienzan a sublimar, dejando libre esa «gravilla» o «polvo» que adquiere una órbita muy similar a la del propio cometa. Cuando la Tierra cruza la órbita del cometa —en esos días cercanos al máximo—, esas partículas «chocan» con la Tierra, produciendo, al cruzar la atmósfera, el meteoro.

Cometa 109P/Swift-Tuttle.

El cometa 109 de la lista de la Unión Astronómica Internacional, de tipo periódico (P), descubierto independientemente por los astrónomos Lewis Swift y Horace Parnell Tuttle a mediados del año 1862 es el origen de las Perseidas. Este es un cometa con una órbita muy alargada, parecida a un puro, que se encuentra en resonancia 11:1 con Júpiter, es decir, por cada 11 órbitas de Júpiter, el 109 da una; éste tipo de sincronía es un fenómeno muy común en la Naturaleza.
Su distancia al Sol es de algo más de 29 Unidades Astronómicas —la Unidad Astronómica es la distancia Tierra – Sol, aproximadamente 150 millones de quilómetros—. Su periodo orbital es de 133 años, por lo que, desde su descubrimiento, nos ha visitado dos veces: 1862 y 1992 —hay variaciones debido a efectos no gravitacionales, debido a los jets producidos por la sublimación—.

El radiante

Puesto que la mayoría de los meteoros pertenecen al Sistema Solar, su velocidad máxima cerca de la órbita de la Tierra debe ser de unos 36.000 m/s; de ser mayor esta velocidad, tendrían una órbita ta abierta que escaparían de la gravedad del Sol. Por tanto, en el caso de que se aproximen de cara al avance de la Tierra, su velocidad máxima será 72 km/s, o 259.200 km/h; ida y vuelta de Daimiel a Ciudad Real en menos de un segundo. Si se aproxima desde la distancia de la Luna, tarda poco más de una hora y media en impactar contra la Tierra.
La aproximación del meteoroide, que así se llama la roca que luego da lugar a la estrella fugaz o metoro, se produce a una velocidad que depende de la propia velocidad de la Tierra (o velocidad aparente del meteoroide) y de la velocidad del meteoroide en el sistema solar. Todos siguen una trayectoria paralela que parece provenir de un único punto de la esfera celeste: el radiante.

Las lluvias de estrellas

Como se ha comentado, se producen cuando se atraviesa una órbita cometaria con suficiente material desprendido. En los días alrededor del paso de la Tierra por ese enjambre de partículas, se observa un aumento de los meteoros en dicha dirección. Durante el máximo pueden verse desde unas pocas por hora hasta una auténtica tormenta con más de mi meteoros por hora.
Esta cantidad observada depende de dos factores. El primero es el peso del meteroide —tamaño y densidad—, que en su mayoría no pasan de unas pocas décimas de milímetro. El segundo es la velocidad a la que llegan. Las Perseidas se acercan a casi 60 km/s, pero no son las más rápidas. El récord lo tienen las Leónidas —noviembre— penetrando en la atmósfera casi de frente a 71km/s. Sólo pueden ser superados por determinados meteoros esporádicos de materia intergaláctica. Por tanto, a igualdad de peso, serán más visibles las Leónidas que las Perseidas.

Caída de «Las piedras del Cielo»

Durante mucho tiempo los científicos no creían que fuesen «piedras que caen del cielo». En el siglo XVIII ciertos campesinos franceses lograron convencer a miembros de la Academia de Ciencias de Francia de que investigasen en ese sentido. Sin embargo no es sencillo, o al menos no lo fue hasta el advenimiento de la fotografía; los meteoros se producen en su mayoría entre los 100km y los 20km de altura, quedando totalmente volatilizados. Tan solo los cuerpos de gran masa que producen los meteoros llamados bólidos, pueden llegar hasta la superficie dando lugar al meteorito.
Resumiendo:

  • Meteoroide es el fragmento de polvo o roca que produce el fenómeno.
  • Meteoro es el fenómeno luminoso —la estrella fugaz—.
  • Meteorito es la fracción del meteoroide que logra llegar a la superficie.

Choque con el cometa

En general no es habitual que un cometa periódico entre en riesgo de colisión con un planeta principalmente por dos motivos.
El primero es que se producen «resonancias» como la que se ha explicado de 11:1 con Júpiter —el Rey de los planetas y el que más cuerpos tiene atrapados en resonancia—, lo que evita dichos riesgos.
En segundo, que las órbitas son tridimensionales, por lo que pueden cruzarse sin entrar en colisión, como dos aros enlazados.
Sin embargo, para el 109P existe un riesgo real de colisión hacia el año 4479, con una probabilidad de una millonésima. Puede parecer nimio, pero téngase en cuenta que es un cuerpo muy masivo, con un diámetro posible entre 10 y 20 km —el cometa que produjo el fenómeno de Tunguska media tan solo 80 m, es decir, una relación de masas aproximada de 7.000.000—.

Cómo se observa.

Ésto es lo mejor. ¡Túmbate y mira al cielo! En serio.
Bueno, es necesario un cielo relativamente limpio de luces. Nosotros nos acercaremos el día 12 de agosto al Centro de Visitantes de Las Tablas. Y te recomendamos que:

  • No enciendas luces mientras se observa. Normalmente empleamos luces rojas muy tenues que son suficientes para no tener un accidente, pero que no deslumbran.
  • Sin requerirse un silencio absoluto, si que conviene que no exista un jaleo excesivo para permitir a los observadores más avezados realizar recuentos y fotografías.
  • Si acudes con niños, explícales lo que van a ver y trata de tenerlos controlados en todo momento. Disfrutarán más.
  • Llévate algo de abrigo, por si acaso, y una tumbona o una manta para poner en el suelo.
  • Ponte cómodo mirando hacia Perseo —hacia el horizonte norte, pregunta, sin ambages, a cualquier miembro de la asociación—.
  • Disfruta de la noche y de unos posibles tres meteoros cada dos minutos.

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