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Y el Cristo de la Buena Muerte, sin trono, yaciendo en su Cruz apoyada en el suelo y sostenida por los brazos por los hermanos capuchinos, exposición inclinada cara al pueblo en el pórtico de la Parroquia de Santa María, mientras suenan las voces de la Coral Molto Vivace y la interpretación de la marcha “Cristo de la Buena Muerte”, a cargo de la Banda de Música dirigida por el autor de esta bella composición musical, Pedro Fco. Sánchez-Valdepeñas Pozo.
El cortejo procesional de la Cofradía de María Desolada, Hermandad del Silencio, camina meditando en los “Siete Dolores” de la titular de los Capuchinos de hábito negro y sandalias. Dolor, reflexión y respeto al paso de la comitiva silenciosa, con silencios que se acentúan escuchando al predicador en cada uno de los “Siete Dolores”. Grupo de mujeres de diferentes edades con mantilla española de riguroso luto, custodian a la Señora. María Desolada, Reina de los Mártires y de la tarde-noche del Sábado Santo en Daimiel. Hermosa y distinguida procesión.