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La procesión del Santo Entierro y Nuestra Señora de la Soledad dejan huella. Desde el inicio, abriéndose las remozadas puertas de la parroquia de San Pedro, y saliendo la procesión organizada desde el interior de la Iglesia. “Sexto Dolor”, “Adiós a la vida” y “Corbatos”, marchas fúnebres de profunda musicalidad, ya conmueven al ser escuchadas a la salida del rico patrimonio escultural de ambas Cofradías. El Cristo del Consuelo, de Castillo Lastrucci, con su marcha “Divino Consuelo”, la Piedad, de Castillo Lastrucci también, el Cristo Yacente del mismo autor sevillano, el propio sepulcro y los ángeles custodios de los hermanos Rivas, junto a la Virgen de la Soledad vestida de luto del artista local D. Juan D`Opazo, nos envuelven en una atmósfera religiosa de gran sentimiento cristiano. El pueblo contempla con respeto el paso majestuoso y solemne de esta imponente y señorial procesión daimieleña, acompañada por una representación del resto de Cofradías de nuestra ciudad, autoridades y Guardia Civil, escoltando el Santo Sepulcro. El Interés Turístico Regional de nuestra Semana Santa, se refleja en esta magna manifestación. “Los Negros” y “Corbatos” representan cada vez mejor la importancia de la Semana Santa de Daimiel, unidos en la solemnidad de este impecable y excelso desfile.