Una noche estelar en la Venta de Borondo

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El pasado sábado 6 de julio más de 30 personas se daban cita en la Venta de Borondo en una visita mensual muy especial. Junto a la Asociación Daimieleña de Astronomía (ADA)  disfrutamos de Júpiter, una luna misteriosa entre nubes, Saturno M13, M57, M4 e incluso 2 meteoros invitados que pusieron de manera fugaz luz, color y sonido a una noche estelar.

En una tarde suave para un día veraniego comenzábamos la visita a los espacios accesibles de la Venta de Borondo ante más de una treintena de personas y los miembros de ADA. Una visita que encaminaba sus pasos a un atardecer rojizo disfrutando de una perspectiva general de la Venta desde el puente de dos ojos. Los olivos centenarios prepararon la oscuridad para iniciar la actividad de astronomía.

Para seguir los detalles de la observación nos remitimos a cosmodibujo (Dibujando el Cosmo)

En los primeros momentos de la observación y guiados por ADA los asistentes pudieron disfrutar de la Luna que ya caía hacia el horizonte, pudimos dirigir los telescopios hacia el Sur, donde las nubes parecían querer abrirse para permitirnos ver Júpiter y tres de sus lunas. Siempre es agradable ver como la gente se sorprende al poder observar las dos lineas características de la superficie de este planeta y como te miran casi con cara de incredulidad cuando les dices que esos puntos que ven cerca del mismo no son estrellas, sino satélites naturales como lo es el nuestro. Pero si impactante es Júpiter, mas lo es Saturno, el cual, aunque con poca altura a esa hora en el firmamento, nos atrevimos a ver debido a lo cubierto que estaba el resto del cielo.

Todo un shock para mucha gente fue ver a la que es posiblemente la “perla” del sistema solar, con esos anillos que no dejan de fascinar a quien por primera vez se asoma a un ocular de un telescopio para observarlo, y de nuevo, cuando les dices que ese punto cercano a él no es una estrella, que es Titán, que incluso es mas grande que Mercurio y que ese sitio tiene lagos que no de agua sino de gas líquido, y que pudiera ser un buen destino como nuevo hogar para el ser humano en un futuro lejano, otra vez puedes notar en la gente lo que fascina la primera vez que miras por un telescopio.

Pero lo mejor estaba por llegar. Cuando el cielo se despejaba y M13M57 y algún objeto mas deleitaban a nuestros invitados, dos bólidos aparecieron en la bóveda celeste, el primero de ellos largo y con una fragmentación en dos trozos anaranjados que arrancaron aplausos, y como colofón, otro que dejo un estruendo para asombro de todos los que se encontraban allí. Las nubes nos lo pusieron difícil al inicio, pero el cierre de observación fue sublime.

Este colofón puso la nota mediática e histórica a la primera observación astronómica desde la Venta de Borondo. Estos meteoros cruzaron La Mancha en el momento y sitio adecuado. Sobrevolaron la Venta de Borondo siendo visibles incluso a cientos de kilómetros de distancia.

Entre finales del siglo XVI o comienzos del XVII, Cervantes puso a caminar por La Mancha a Don Quijote en uno de los días “que era uno de los calurosos del mes de julio” y al anocher  “vio, no lejos del camino por donde iba, una venta, que fue como si viera una estrella”

En una noche del mes de  julio de 2019 las casualidades se dan cita en esta venta manchega que sigue respirando la esencia de la estrella que buscaba Don Quijote aquella noche de hace más de 400 años y actualmente busca la Asociación Cultural Venta de Borondo en el quijotesco intento de salvaguarda de este monumento con más de 400 años de historia.

Foto: Beatriz García

+ info:

Dibujando el cosmos – Noche de observación en la Venta de Borondo

daimiel.es – Noche espectacular en la Venta de Borondo

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