927 visitas, 1 visitas hoy
Por Daría Loke Fuera
– Buenos días.
– Bue…naaaas… taaar…des.
– Lo encuentro un tanto titubeante.
– Pues encuéntreme titudespués…
– No sé si debo.
– No se preocupe, apriete, apriete.
– Es que si aprieto…
– ¡Bah! Es una nimiedad.
– A mí mieda igual.
– Pues no debería.
– No debo nada.
– Parece usted a una pareidolia.
– Pari… ¿qué?
– Pariente lejano.
– ¿A cuánto estará?
– Lejos, muy apartado.
– ¿De correos?
– Sí. ¡Correos y disfrutad! Que dijo el poeta.
– ¡Qué libidinoso!
– Concupiscente más bien.
– ¿Con qué?
– Con cupiscente.
– Eso le concierne a usted.
– Sí, estoy concernido.
– ¿Con quién?
– Con cernido, ya le digo.
– Ah, ¿le gusta cerner?
– Yo cierno
– Yo depuro, más bien.
– Pues depura madre.
– También, no se crea.
– Un poco insumisa, diría…
– In su misa…
– Y su rosario.
– Asignado por unanimidad.
– Mejor por dos… nimidades.
– Ya le digo que miedad igual.
– ¡Hale! Anúncielo así, a bomba y platillo.
– Será a bombo…
– No, es que estoy explosivo.
– Cualquiera lo diría.
– Usted mismo.
– Pues como dijo el gran experto en perfumes, Guillermo Feta.
– ¿Qué dijo?
– “Esto me huele mal”.
– Buenos días.
– Buenas tardes.