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Uno del Pueblo
Hay que dar rienda suelta a la imaginación cuando de pronto el mundo se apaga. Apaga y vamonos, que reza el dicho. Pero no nos fuimos. Quedamos escuchando a la luz del día lo que expresaban unos y otros. Y cayó la noche y seguimos absortos en la contemplación.
Fuerza moral por parte de instituciones, poder humano por parte de quienes ayudaban y resolvían, servicios cívico – sociales de actitud y comportamiento encomiable.

Datáfonos que no funcionaban, no se podía cobrar. Con lo bien que se paga con dineros, billetes de los que se doblan, seguridad absoluta en el bolsillo pernero. Alerta, alarma, semáforos sin funcionar. Y no pasó “ná”, o casi “ná”. Escribimos acerca de lo acontecido en Daimiel. “Ná” que ver con quienes se vieron atrapados en trenes o estaciones por toda España. Poco más de las 12,30h, y a esperar a que se nos enciendan las luces. Ahora que ya ha vuelto la energía, nos sale este artículo de dinámica optimista y sin pensar en un futuro próximo pésimo, faltaría plus.
Se nos fue la luz y se nos encendieron las ideas, energía potencial del ser humano que ilumina lo que sea menester venga lo que venga, pase lo que pase.

Que no me coges el teléfono…, que estamos sin wasap…, pero no se perdieron los contactos, aumentó y de que modo el contacto personal. Y todo sobre la marcha. Se revivieron escenas y momentos del pasado, el bis a bis, con uso del lenguaje de toda la vida entre personas, más allá y más importante que el lenguaje escrito, incluso mal escrito por medio de las nuevas tecnologías, que sí, que tienen mucho de bueno, pero a la final “volquemos” en busca de la palabra y el calor entre congéneres, “tecnología” de madre naturaleza.


Que se lo digan al “Chiqui”, en la esquina frente a Las Mínimas, que se convirtió en enclave popular de funcionarios, empleados, docentes y hasta jubilados, que con sus intercambios dialécticos aportaron calor, luz y vida, con talante óptimo ante la incertidumbre. Lleno hasta la bandera, con charlas, contactos, opiniones y argumentos con cervezas semifrias que templaban el buen ánimo, a la espera, sin prisas, de que se hiciera la luz. Y la luz se hizo, incluso discutiendo acerca de la final Barca – Madrid.

Especulaciones varias, algunas incluso confirmadas a partir del tercer botellín y esclarecidas a partir del cuarto. Conclusiones respecto a los concebidos durante el apagón, hubo que pasar el rato a oscuras pero a tientas. Sin tele y sin internet, sin tecnologías que interrumpieran buenos ratos. Allá para finales de año o primeros del próximo, lucirán los nombres de Lucía, Luzcas, Iluminado, Mari Luz, Luciano, Lucero, Luciérnaga, Luz Divina…, y en Lugo “pa” que decir, todos lucenses…, los lucios de Luciana también salieron a relucir…, botellines, luz y calor…, nadie se sintió apagado en “El Chiqui”…
Si no encuentran sentido a este artículo, está claro: “pa” pocas luces, las mías…
Hasta luego, Luzcas…!
Una mala tarde la tiene cualquiera…