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José Ignacio García-Muñoz (Queche)
Trasladándonos desde el Valle de Tena hacia el este, terminaríamos dando con nuestros huesos en el Valle de Arán en el Pirineo Leridano. Vamos a tomar como epicentro Viella, o Vielha como le llaman por aquí, y es que los Araneses, tienen un dialecto propio e incluso alguna aspiración independentista de la propia Cataluña, por lo que se cumple eso de que: donde las dan, las toman.


Una cascada de pueblecitos encantadores jalonan la carretera que sube a Baqueira desde donde se tiene una magnífica vista del valle con Salardú, Tredos, Bosis, Escuñau, Arties con sus baños, y Unha donde se puede degustar la contundente olla aranesa, para luego despeñarse hacia el puerto de la Bonaigua camino de una de las joyas del Pirineo Leridano, que no es otra que el Parque Nacional de Aigües Tortes y Lago San Mauricio, un auténtico paraíso para el senderista y los amantes de la naturaleza, con leyenda incluida referida a las dos moles que presiden el lugar: “Els Encantats” dos formaciones montañosas que esconden una historia enraizada en la mitología del lugar. Si en vez de bajar por Bonaigua, decidimos continuar más allá del Plá de Berét, nos encontraremos con el santuario de Montgarri, un lugar mágico enclavado en plena montaña y que no puede dejar de visitar; como tampoco el circo de Colomers con sus innumerables lagos (aquí llamados estanys).

Hacia el otro lado del valle es imprescindible visitar el llamado Saut Deth Pish y que ya durante su ascenso nos va preparando para lo que nos espera arriba. Al bajar de nuevo a la carretera que conduce hacia Francia podemos acercarnos a Vilamós, y visitar la casa de Joan Chiquet, una auténtica joya de la que se enamorará inmediatamente. Una casa de esas que dan ganas de comprarse, y cuya visita nos sumerge en tiempos pasados; constituye por sí misma un auténtico museo etnográfico que no se puede perder. Y al salir, dirigiremos nuestros pasos hacia Arres de Sus y de allí dirigirse a la Basa de Arrés, un idílico lago en la periferia de un bosque de cuento que nos dirige a las minas Victoria en el vientre de la montaña, y que son visitables.


El Estany Long de Vilamós, es un lago de montaña al que se puede ascender con un todo terreno sin demasiadas complicaciones, si no lo quiere hacer a pie, algo más que recomendable si quiere caminar con las nubes a sus pies por el Vall dUishera; donde con un poco de mala, o buena suerte, se podría topar con un oso. Con Francia a un paso, se puede uno acercar a Bagnerès de Luchon, una localidad con estación de esquí, etapa del Tour de France, y una iglesia de lo más curiosa Nuestra Señora de la Asunción; por cierto, todo el valle está jalonado por muestras del románico aranés en el que merece la pena detenerse. Otro imprescindible son los Uelhs Deth Joeu y la Artiga de Lin; dos parajes que te dejarán sin palabras.

Si tiene usted ganas de aventura, también le recomiendo bajar haciendo rafting por el rio Garona, con la ayuda de las empresas del ramo que se dedican a estos menesteres y que tienen base en Viella, también puede alquilar bicicletas eléctricas que le facilitarán la vida por la montaña. Comer se lo dejo a su elección, porque la oferta es inmensa, como lo es la de guías de montaña que usted puede contratar en el lugar si no tiene ganas de complicarse mucho la vida con mapas y GPS. Por supuesto, por la noche podrá dormir al fresquito después del atracón de naturaleza en su más pura representación que supone esta joya del Pirineo.