INMIGRANTES EN DAIMIEL

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Uno del Pueblo

La inmigración nos trae a Daimiel personas de diversos países que se han establecido aquí, en nuestra ciudad.


Para intentar, y lograr en muchas ocasiones hacer o rehacer su vida plena de dificultades en sus países de origen; muchas personas conviven entre nosotros totalmente adaptados a nuestra
sociedad. Y logrando sus objetivos. Personas involucradas en nuestro ambiente, algunas de ellas hablan en “daimieleño” y hasta sienten nuestra particular idiosincrasia.

Rumanos, marroquíes, polacos, gentes de Ucrania o Ruanda, por poner ejemplos, sienten Daimiel y están integrados entre nosotros.
Nos resulta entrañable intercambiar impresiones con estas personas, que incluso se interesan por el buen uso del español, idioma que en el caso de los oriundos de Rumanía tienen cercanía lingüística, con raíces romances ambos lenguajes.


Tiempos pasados que vivieron muchos de los nuestros, gentes de Daimiel forzados por motivos de toda índole, sobre todo económica, a trasladarse a Francia, Alemania, Suiza, etc. Algunos de ellos regresaron a nuestra población y nos han comentado acerca de aquellos duros momentos. Les resulta muy comprensible
entender las dificultades de adaptación, al inicio sobre todo, del complicado proyecto.


Florín, de Ucrania, Daniela de Rumanía y muchas otras personas originarias de distintos países africanos, afincados ya en Daimiel, nos relatan peripecias particulares. No resultó fácil aprender el idioma, siendo ya adultos, viviendo y escuchando las telenovelas que emitían las distintas cadenas de televisión. Comunicarte por
escrito, boli y papel, para realizar la tarea encomendada en el domicilio donde asistes, era sistema aplicado por nuestra entrevistada, experta ya en hostelería en diversos centros locales. Adquisición de vivienda propia previo préstamo bancario y cumplimiento de obligaciones hipotecarias, con los consiguientes
impuestos como todo convecino, afianza la integración de estas personas en nuestra ciudad. Algunos o algunas ya saben discernir entre “chuchos” y “borregos”, además de facilitar a sus hijos estudios superiores en universidades españolas, amén de consumir productos españoles en su alimentación diaria.


Que es realidad aquello de que el mundo es un pañuelo. La integración entre humanos no debe distinguir razas, idiomas diferentes, culturas distintas o religiones antagónicas. El ser
humano es más importante que todos estos tabúes que tanto condicionan.

Mano extendida para quienes procedentes de otros países ya son conciudadanos integrados, que trabajan y producen como autóctonos de Daimiel.


Que viva la amistad entre los pueblos.

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