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ÁNGEL VICENTE VALIENTE SÁNCHEZ
Alfonso Ussía (1948 – 2025) se inscribe en un grupo selecto de columnistas que ha tenido España. Entre estos grandes escritores que han colaborado en los periódicos se encuentran Mariano José de Larra, Wenceslao Fernández Florez, José María Pemán, Julio Camba, Jaime Campmany, Francisco Umbral o Antonio Gala. En la actualidad también contamos con articulistas de gran calidad, como Juan Manuel de Prada, Fernando Savater, Luis Ventoso, Ramón Pérez-Maura o Ángel Antonio Herrera.
Lo que caracteriza a todos ellos, a mi parecer, es que cada uno ha conseguido trasladar la buena literatura al periódico. Pero cada cual con su estilo personalísimo. Todos se han acercado a las noticias del momento con su propia mirada, destacándose y apartándose con elegancia de la mera información o el comentario académico. Todos los mencionados son escritores de gran talento, que han desarrollado su propio estilo con gran éxito de crítica y público; cosa, como se sabe, muy difícil de conseguir. Y más todavía en la actualidad, en la que la lectura de periódicos es cada vez más rara. Hubo un tiempo en que no se consideraba verdadera literatura la que aparece en los periódicos. Eso ha cambiado de modo definitivo. Uno de los que han colaborado magistralmente para conseguirlo ha sido Ussía.
Alfonso Ussía ha colaborado en Sábado Gráfico, Informaciones, Ya, ABC, La Razón y últimamente en El Debate. Además ha cultivado la poesía, la novela y el ensayo. Aunque inició estudios de Derecho, no consiguió terminar la carrera porque lo suyo era escribir. Comenzó escribiendo poesía, pero poco a poco fue participando en el periodismo de opinión, hasta convertirse en una figura indiscutible. A pesar de los muchos premios y galardones que atesoraba, lo más importante para él ha sido siempre el seguimiento fiel de una legión de lectores, entre los que me encuentro. Ussía se ha acercado a las noticias de cada momento con una mirada irónica, satírica, a veces sarcástica, siempre con mucha calidad.
En las compilaciones de artículos de Julio Camba, reunidos en libros para disfrute de los lectores, se hace resaltar siempre por los editores que cuando se lee uno de sus artículos surge inevitablemente el deseo de leer otro y otro y otro. Esto es exactamente lo que nos sucede con los artículos de Ussía. Siempre surge el deseo de leer otro y otro. Este deseo ha sido la causa de que algunos de nosotros hayamos ido al ABC, La Razón o El Debate para leer sus artículos antes que todos los demás. En muchas ocasiones para leer solo sus artículos.
El artículo de opinión es un género en sí mismo. Tiene sus propias características y no es fácil, como sabemos algunos por propia experiencia, atraer al lector. Ussía no solo ha conseguido atraer al lector, sino atraparlo, retenerlo para provocarle una sonrisa y que pueda empezar el día con ilusión y entusiasmo. En la línea de Julio Camba, Wenceslao Fernández Flórez o Jardiel Poncela, ha desarrollado un tipo de escritura muy elegante y erudita, encaminada siempre a contemplar el mundo con sorpresa e ironía. A veces su tono cómico ha provocado el enfado, incluso la persecución por parte de algunos personajes con poco sentido del humor. Y como consecuencia de ello se ha visto obligado a abandonar determinados periódicos.
Admiro en Alfonso Ussía su estilo prodigioso y su comicidad. Creo que nadie ha conseguido hacernos sonreír, incluso reír a carcajadas como lo ha hecho él. Pero también admiro en él la suerte que ha tenido de contar con tantos amigos excelentes. Esta es una realidad que él mismo ha repetido en muchas ocasiones. Tomar café habitualmente con Antonio Mingote, Luis Sánchez Polack ( Tip) o Antonio Ozores es un privilegio, que pocos han tenido. Basta leer sus artículos para comprobar el profundo agradecimiento que ha profesado siempre a estos amigos entrañables.
Probablemente han sido los amigos los que le han ayudado a seguir, día tras día, comentando la actualidad con un gran sentido del humor y los que le han ayudado a sobrellevar las persecuciones de que fue objeto. Ante todo admiro a Alfonso Ussía por el hermoso ejercicio de la libertad, proclamando incansablemente, arriesgadamente todo lo que sea necesario para conseguir un país más justo y más solidario. Al igual que Fernando Savater, ha ayudado al pueblo español a sacudirse los miedos en beneficio de nuestro futuro común. Descanse en paz.
